El calvario de una madre sola: Con promesas de ayuda, fue golpeada y abusada
Después de cuatro años de los abusos sufridos por una mamá soltera, menor de edad, en manos de un hombre que era vecino de su padre en un inquilinato, el abusador fue denunciado y detenido en octubre de 2022.
La semana pasada, en tanto, el caso fue tratado por la Sala I del Tribunal de Juicio, proceso que concluyó con una condena de 4 años de prisión.
El acusado, identificado como Omar Sosa, fue condenado en el marco de un juicio abreviado por el juez Martín Pérez, quien homologó un acuerdo de pena acordado por el fiscal penal, Federico Obeid y la defensa del acusado, quien pasó de la Alcaidía Judicial al penal de Villa Las Rosas.
El caso, según surge del legajo al que tuvo acceso InformateSalta, salió a luz de forma fortuita, pues el 16 de octubre de 2022, el padre de la menor abusada se enteró del calvario que atravesó su hija al revisar su teléfono celular, el que la víctima había dejado olvidado en la casa de su padre, a quien, ese día, había ido a visitar.
Resulta que, al sonar el teléfono, el padre atendió y desde allí pudo acceder a una serie de mensajes, entre los cuales distinguió un nombre conocido. Era el de Sosa, “Pelao”, quien un tiempo atrás había alquilado una pieza en el inquilinato.
Dado el tenor de los mensajes, la hija, menor de edad y madre soltera de un hijo de cuatro meses, le confesó a su padre que cuatro años atrás, efectivamente Sosa la contactó y le dijo que podía ayudarla, puesto que trabajaba en una iglesia y, por ende, podía juntarle un poco de mercadería y ropita para su hijo.
El ofrecimiento, lejos de las intenciones de un buen samaritano, era solo un ardid para que la menor vaya a su casa, lo que así sucedió. Cuando la menor llegó, con su pequeño hijo en brazos, Sosa, de 52 años, la invitó a pasar a su pieza. Luego de recostar al menor en la cama, el acusado la tomó de los brazos y la besó por la fuerza.
Golpes y amenazas
En su relato, la víctima contó que Sosa le asestó varios golpes de puño en la cabeza, tras lo cual logró desvestirla y la violó. Después, la despachó, aunque antes fue muy intimidante, pues amenazó a la joven. Le dijo que, “si decía algo, él conocía su casa, por lo que iba a visitarla y lastimar a sus hermanos más chicos”
Pasado unos días, el acusado comenzó a hostigarla mediante mensajes a través de su teléfono, a través de los cuales insistía en tener otro encuentro.
Asimismo, le exigió que le mandara fotos de ella en ropa interior, lo que la menor finalmente hizo, creída que así dejaría de molestarla, pero nada de eso sucedió.
En otra ocasión, cuando iba a buscar a sus hermanos a la escuela, Sosa, que iba en bicicleta, se hizo presente y la condujo por la fuerza a su casa, en Villa Primavera, donde la sometió otra vez sexualmente, lo que se repitió una vez más, cuando se hallaba en la pieza que alquilaba su padre, oportunidad en que el imputado ingresó y abusó de la misma.
Por todos estos hechos, Sosa fue condenado como autor de los delitos de abuso sexual gravemente ultrajante (dos hechos), violación de domicilio, amenazas y Grooming, en concurso real.