Muerte del policía en Finca Las Costas: el cuerpo fue hallado cerca de su auto
Un comisario, que llegaba con la orden de retener el arma del joven agente, lo encontró fuera de la garita, su cuerpo ya inerte yacía al lado de la puerta del conductor de su auto, a medio metro, estaba su arma y en su campera, su celular.
En un año que complicado para la Policía de Salta, entre otros aspectos por el alto índice de suicidios de sus integrantes, principalmente por inestabilidad emocional, la muerte de un joven agente nada menos que en la guardia de la residencia del gobernador, en Finca Las Costas, causó un gran impacto en la sociedad.
Según un informe policial, radicado en la comisaría de San Lorenzo, el sábado a la noche, a partir de un hecho de presunta violencia de intrafamiliar, el comisario José Luis Mendoza, de la Dirección General Guardia de Casa de Gobierno, junto al sargento Hernán Alderete llegaron a fin de dar cumplimiento a la retención del arma reglamentaria de José Dante Rosa (37), un sargento de la Policía de Salta.
La comitiva llegó a las 22.38, pero ya era tarde. La premonición por la que había sido enviado ya se había cumplido. El agente yacía inerte fuera de la garita de acceso, apenas se traspasa el portón. Su cuerpo, en posición fetal, estaba del lado de la puerta del conductor de su automóvil, VW Gol.
A medio metro, hallaron su arma reglamentaria, una pistola 9 milímetros, Hi Power. Estaba sobre el pasto, tenía una vaina servida y 9 cartuchos. En la campera del policía, en tanto, encontraron su teléfono celular.
Dado una serie de indicios, no se descarta que el agente haya atendido una llamada telefónica previo a quitarse la vida de un disparo en la cabeza. A la llegada del comisario Mendoza, siguió la del comisario Enrique Carrasco de la Dirección Gral. de Seguridad, escalada que llegó hasta la presencia en el lugar del jefe de policía, comisario general, Diego Busto.
Previamente, lo hizo el fiscal Leandro Flores, de la Unidad de Grave Atentados contra las Personas, su auxiliar y varios móviles con peritos del CIF, los que llevaron adelante la recolección de muestras y otras medidas forenses, como el traslado del cadáver para la correspondiente autopsia y se apreste al gabinete del área de asistencia psicológica a fin de asistir a los familiares del joven policía.
Medidas ordenadas
Ante semejante escenario, el fiscal ordenó que se aplique un estudio de STAP, método para identificar resto de pólvora en la mano, a los policías que estaba en la garita y a los que llegaron, la declaración de los mismos y también que se revisen las pertenencias del agente y se puso especial interés en conocer si había cámaras de video y qué habían filmado.
Al respecto, el sargento Alderete informó que ese sector del predio solo cuenta con una cámara fija en el lugar la cual apunta a los portones y que en el interior solo se encuentra personal policial de turno. De la inspección ocular realizada en el lugar se observó, que la escena del hecho se encontraba en un lugar abierto, al aire libre, fuera a la garita denominada residencial.
Dada la ubicación de esta cámara, se dio por descartado que la misma pueda ser de importancia para la investigación, pues su radio de captura está fuera del área donde se produjo el fatal desenlace, algo que también sorprendió a los compañeros del agente.
Según una primera conjetura, el policía habría atendido una llamada, tras lo cual se dirigió a su vehículo, al parecer, con la intención de dejar alguna pertenencia, tras lo cual se registró el estallido del disparo, lo que alertó al resto de los policías.
La apertura del teléfono, seguramente, arrojará indicios o pistas más firmes del caso, aunque existen ya en poder del fiscal otras pruebas e incluso la denuncia de una hermana del suboficial, la que termina de cerrar un cuadro previo aterrador al fatídico desenlace.