Caso Nora Dalmasso: Cómo descubrieron las pruebas que complican al nuevo acusado a 18 años del crimen
La Unidad Fiscal Especial de Río Cuarto informó este lunes por la mañana que el perfil genético de Roberto Bárzola es compatible con las huellas colectadas en el cinturón de la bata con el que Nora Dalmasso fue asfixiada hasta la muerte. Y esto no es todo: también su ADN coincidía con el vello púbico hallado en la zona inguinal de la víctima.
Hasta aquí, es muy probable, que estas pruebas resulten concluyentes acerca de la autoría del crimen cometido el 25 de noviembre de 2006, en el country Villa Golf, en esa ciudad de Córdoba. Sin embargo, en caso de que la prescripción de la causa siga firme, nunca habrá una condena para el parquetista, ahora imputado por abuso sexual seguido de muerte.
Ahora, bien, ¿por qué la Justicia llega a esta conclusión 18 años más tarde? El expediente pasó por varios fiscales: Javier Di Santo, Fernando Moine, Marcelo Hidalgo, Daniel Miralles y Luis Pizarro.
Pizarro pidió la elevación a juicio contra Marcelo Macarrón, el viudo, por el delito de homicidio calificado por el vínculo, por alevosía y por precio o promesa remuneratoria en concurso ideal.
La hipótesis con la que el caso llegó a debate oral y público, en abril de 2022, hablaba de la existencia de un presunto sicario que fue contratado por Macarrón para asesinar a su esposa. A esa conclusión había llegado Pizarro, a raíz del hallazgo de un perfil masculino desconocido en el cinturón de la bata, que reveló un informe del FBI en 2011.
Los genetistas, además, encontraron perfiles de “un africano” y “un europeo”, rasgos que se encuentran en la genética de la mayoría de la población argentina, raíz de las migraciones y descendencias.
El linaje de Macarrón estaba presente, pero la defensa logró demostrar que era un aspecto que no escapaba de la lógica en la dinámica de un matrimonio.