Justicia03/01/2025

Fuga del capo narco de la cárcel de Güemes: ¿Qué se sabe después de un año?

Se trata de Patricio Ruiz Díaz, también apodado “Señor del Fusil” por el arsenal hallado en su casa. A meses de su traslado al penal federal, se escapó el 1 de enero del 2024, cuando todos festejaban el Año Nuevo, caso similar al de Torrico en 2006.

Patricio Ruiz Díaz ocupaba la celda 25, en el Pabellón A, dentro de la cárcel federal ubicada en General Güemes, instalaciones que por, estos días, es blanco de distintas diligencias investigativas por el tráfico clandestino de celulares entre algunos presos de cierto peso dentro de esa unidad carcelaria.

Mientras esa investigación avanza, a cargo del fiscal general Carlos Amad, la fuga de Ruiz Díaz volvió a salir a flote dado que ya se cumplió un año sin que haya novedades del capo narco. Hay que tener en cuenta que por cuya captura el Programa Nacional de Recompensas, del Ministerio de Seguridad de la Nación, ofrece 3 millones de pesos.


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Patricio Ruiz Díaz.

Este delincuente, como se recordará, se fugó del complejo penitenciario entre la medianoche del 31 de diciembre del 2023 y la madrugada del 1 de enero del 2024. Oficialmente, su ausencia fue advertida al cierre de los festejos internos por la llegada del nuevo año.

De inmediato, las autoridades de esa unidad carcelaria ordenaron una requisa por todo el penal, circunstancias en que descubrieron no sólo la ausencia del “Señor del fusil”, sino de la ruta de escape que había recorrido, sin que nadie se percatara de sus intenciones de fuga.

Con una pinza, Ruiz Díaz se abrió paso cortando los cercos de alambres. Así, llegó hasta la parte externa, cerca de la torre del Puesto N°1. Fue el último uso que hizo de la herramienta que, seguramente, algún cómplice le proveyó.

Una vez afuera, corrió hasta un canal, donde hombres de su organización lo esperaban con dos camionetas de alta gama. Para que no tuviera problemas con el cruce del canal, y dado que su jefe estaba subido de peso, dejaron colocada una escalera metálica, por la que cruzó sin problemas.


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De inmediato, lo subieron a una de las camionetas y se dieron a la fuga a toda velocidad, escena que fue presencia por un vecino, quien aportó el dato a la policía, aunque no sirvió de mucho, pues no se pudo dar con ninguno de los dos rodados.

Según algunos rumores, a mitad de año, en el partido de Pilar, provincia de Buenos Aires, Ruiz Díaz habría sido visto refugiado en un chalet. Al respecto, fuentes de la Policía Federal, en medios locales, dejaron entrever que se habían enfrentado a tiros con el prófugo, quien logró escaparse.

Para los investigadores, Ruiz Díaz es un peso pesado en el ámbito del crimen organizado, ya que cuenta con suficiente dinero para solventar su fuga, la que incluye el pago de sobornos, tanto a la policía como del Servicio Penitenciario Federal, lo que explica su fuga, casi irrisoria del penal de Güemes.


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Su escape es solo comparado el de otro criminal de alta peligrosidad, como Marcelo Torrico, quien también se fugó un primero de año, pero de 2006. Este asesino de niños, condenado a prisión perpetua por los crímenes de los hermanitos Melanie y Octavio Leguina, estaba alojado en el penal de Villa Las Rosas, de donde huyó caminando y por la puerta principal. A los cuatro meses, sin embargo, fue recapturado en el partido de Once, en Buenos Aires, cuando intentó robar un teléfono celular de un exhibidor.

Ruiz Díaz, en cambio, sigue prófugo. Según lo informado, cumplía una condena de 6 años de prisión por “tráfico de estupefacientes en su modalidad de transporte y almacenamiento, acopio ilegítimo de arma de fuego y municiones”, impuesta por el Tribunal Oral Federal 1 de San Martín.

Solo para tener una idea de su peligrosidad, cabe recordar que este criminal fue detenido en mayo de 2019 en la localidad de Ingeniero Maschwitz, en el partido de Escobar. Fue juzgado como jefe de una banda narco que operaba en la zona norte del conurbano bonaerense. Cuando lo detuvieron tenía en su poder 920 kilos de marihuana y casi 12 kilos de cocaína, además de un arsenal en el que se destacaba el fusil semiautomático Colt AR-15 calibre 5.56, que originó el apodo con el que se lo menciona cada vez que se hace referencia a él.

Entre otras armas, también hallaron un fusil FAL calibre 7.62, una ametralladora Pam calibre 9 milímetros, dos escopetas y cuatro pistolas. En ese operativo, además, se incautaron varios vehículos, entre ellos una camioneta, una combi, dos automóviles y dos motocicletas, teléfonos celulares, balanzas chalecos antibalas, juegos de esposas, handies y dinero, entre otros elementos.