Sociedad13/05/2025

¿Dónde está Loan? 11 meses de encubrimiento, dilaciones y abandono judicial

A casi un año de la desaparición forzada de Loan Peña en Corrientes, el caso sigue envuelto en un manto de impunidad y estancamiento judicial.

Desde la Fundación Alameda, señalaron que, pese al paso de los años, la Justicia Federal no logró confirmar ni descartar si se trató de un caso de trata de personas u otro delito grave. Los detenidos iniciales siguen en prisión preventiva, pero sin nuevas pruebas firmes ni avances significativos.

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En lugar de respuestas, lo que proliferaron fueron acusaciones cruzadas, maniobras dilatorias y una serie de responsables circunstanciales que desviaron el foco de la investigación.

Primero se apuntó a los llamados “autopercibidos”, luego a periodistas, más tarde a la Fundación Alameda, e incluso a familiares y activistas que no se alineaban con el discurso oficial. La estrategia parecía clara: aislar a quienes cuestionaban el accionar judicial y blindar a los responsables de la parálisis institucional.

En medio de este escenario, se desalentaron las movilizaciones y se hostigó sistemáticamente al grupo de “madres coraje” que persistió en las calles exigiendo justicia. Las operaciones mediáticas, las campañas de calumnias y las promesas vacías se convirtieron en moneda corriente. Un abogado funcional al poder llegó a prometer una resolución “en cinco días”, mientras pedía detenciones sin pruebas. Hoy, ese mismo abogado fue denunciado por la familia de Loan por estafa, y desplazado sin haber aportado ningún resultado concreto.

La Fundación Alameda, que desde un primer momento denunció la inacción judicial, fue una de las pocas voces que exigió la aplicación del protocolo nacional de búsqueda de personas.

Su presidente, Gustavo Vera, solicitó formalmente que se investigara a fiscales y funcionarios que habrían encubierto la desaparición al insistir con una hipótesis de extravío.

A su vez, denunció la presión ejercida sobre Laudelina, tía del niño, para que declarara una versión falsa de accidente que luego fue utilizada por el gobernador en redes sociales como un “caso casi resuelto”. Sin embargo, la jueza del caso nunca investigó la posible intromisión del poder político local.

Pese a las denuncias fundamentadas y la experiencia de la Alameda en causas de trata, la Justicia rechazó su participación como querellante tanto en primera como en segunda instancia. En paralelo, se impulsaron denuncias penales contra Vera y su equipo, mientras operadores mediáticos afines al poder los acusaban de entorpecer la causa. Hoy, muchos de esos operadores ya no están, pero la verdad sobre el paradero de Loan sigue sin conocerse.

El Papa Francisco, quien ha seguido el caso de cerca, envió varias cartas a Gustavo Vera en las que expresó su preocupación y apoyo:

“El caso Loan es típico de tantos otros que quedan en el silencio. Ojalá se pueda desmadejar todo.”
“Veo que tuviste que ‘gambetear’ con la corrupción.”

“Te acompaño desde aquí en todas las vicisitudes. Y rezo.”

En enero, el Papa volvió a recordar a Loan durante una audiencia pública, en el marco de una intervención sobre niños víctimas de trata y esclavitud.

Actualmente, la Fundación Alameda continúa con denuncias contra la jueza ante el Consejo de la Magistratura y también con acciones por calumnias e injurias contra quienes la difamaron. Mientras tanto, los responsables políticos y judiciales siguen sin dar respuestas, y los únicos que mantienen viva la memoria de Loan son los familiares, activistas y ciudadanos que no se resignan al olvido.