Todos los detalles del crimen de Javier Sumbay
Desde hoy, la Sala VII del Tribunal de Juicio retoma el debate seguido contra tres jóvenes por el asesinato ocurrido el 21 de octubre de 2023. El caso devela escenas de violencia previa y problemas de larga data entre los protagonistas.
Tras una semana de suspensión, por problemas de agenda, el juez Francisco Mascarello, de la Sala VII del Tribunal de Juicio, reanudará hoy el juicio que se le sigue a Kevin Godoy y Pablo Iván Sosa, como coautores del delito de homicidio calificado por el concurso premeditado de dos o más personas, y Fernando Rodrigo Godoy como partícipe necesario del mismo delito.
Se trata de un violento episodio ocurrido el 21 de octubre del 2023, en el acceso a una casa del barrio 40 Viviendas, de la localidad de Vaqueros. La acusación es grave, pues encierra una historia de larga data entre los acusados y la víctima, Javier Pablo Sumbay, un joven de 23 años.
En la última audiencia, los tres acusados -defendido por el abogado Ricardo Belbruno- prestaron declaración, circunstancias en la que tensaron aún más el clima del debate, pues dieron a entender que eran víctima de hechos ilícitos e insultos repetidos de la víctima hacia la familia de los acusados.
Para hoy, en tanto, se espera que la fiscalía llame a declarar a los testigos que estuvieron presentes en los incidentes previos que ocurrieron antes del crimen, todos por calles de esa misma barriada, en las que -si bien hay cámaras del 911- reina la obscuridad.
Entre el primero de tres episodios que marcaron la muerte de Sumbay, pasaron cerca de 8 minutos. Según el requerimiento de juicio, todo comenzó a las 23.25, cuando dos de los acusados, que se movilizaban en un auto Chevrolet Corsa, vieron a la víctima caminar por las calles Las Moreras y Afiori.
En esa intersección, Fernando Godoy, que iba como conductor, acompañado de Sosa, habrían descendido del auto para arreglar viejas cuentas con Sumbay, quien, al parecer, tuvo un enfrentamiento previo con un familiar de los Godoy.
Primer incidente
Al verlos solo, con una mochila en su espalda, Godoy y Sosa, que habría bajado con un arma blanca en la mano, lo encararon para cobrarse los asuntos pendientes, pero Sumaby no se las hizo fácil, pues se defendió férreamente. Con la mochila evito los puntazos que Sosa le tiró, tras lo cual tomó algunas piedras y las arrojó a sus agresores.
Ante este contrataque, los dos acusados emprendieron la retirada, momentos en que una de las pedradas impactó en el auto, lo que encolerizó más a los dos atacantes, quienes se fueron, pero no huyeron, pues a los dos minutos, con Kevin Godoy sumado a la persecución, volvieron a acorralar a Sumbay.
El joven corrió entonces hasta la casa de una tía, donde encontró respaldo de amigos y familiares, quienes resistieron la presencia de los tres imputados, los que descendieron armados, dos con cuchillos y uno con un machete.
Según los testigos, en un momento, habían logrado apaciguar a los Godoy, pero una nueva incursión de Sumbay desencadenó una escena fatal, pues el joven, al ver que ya no estaba solo, quiso golpear con una rama a uno de los acusados, incluso lanzó al auto un puñado de ripio.
Fue en ese momento, que Kevin Godoy, por la descripción dada por los testigos, reaccionó y le asestó a Sumbay un sablazo a la altura de la rodilla izquierda, lo que, en definitiva, nadie vio debido a la oscuridad, aunque si dijeron que este acusado estaba cerca de la víctima, cuando recibió la herida mortal.
El corte fue tan feroz que los testigos que lo auxiliaron dijeron que hicieron un torniquete para frenar la hemorragia, pero fue imposible. La herida, que dejó expuesto los tendones y el hueso, condujo al joven a la muerte en cuestión de minutos.
En la comisaría
Fue auxiliado y llegó al hospital con vida, pero ya había perdido mucha sangre, por lo que, en las primeras horas del día siguiente, falleció. En cuanto a los tres acusados, de las testimoniales, surge que, tras el fatal incidente, ascendieron al auto y se dirigieron a la comisaría de esa localidad, donde no se sabe si tenían pensado entregarse, o bien, denunciar otra coartada.
Resulta que, por detrás, uno de los testigos que había salido a perseguirlos en su moto, llegó a la dependencia policial y a los gritos habría revelado la acción homicida que los tres ocupantes del rodado habían cometido, a la vez que solicitó una ambulancia para su amigo.
Esta secuencia fue reconstruida por el fiscal penal Leandro Flores, quien en su acusación tildó la conducta de los tres acusados como un accionar premeditado, hipótesis que se verá en puja con la teoría de la defensa, cuya estrategia, por las declaraciones de los acusados, apunta en una dirección opuesta.
La balanza, en definitiva, se verá inclinada en función de la declaración de los testigos, las pericias y demás pruebas documentales que se desplieguen durante el debate, el que podría extenderse por varias audiencias, dada la magnitud del caso.