Política02/12/2025

El mundo político empieza a ver en Gebel a un posible candidato para 2027

Hace quince días, un viejo conocido de la política bonaerense, antiguo militante del peronismo no kirchnerista, me provocó como ejercicio analizar la candidatura presidencial de Dante Gebel, un pastor que llena estadios de fútbol y teatros, con una tira propia en la televisión abierta, al cual este cronista no conocía.

Tras la observación de un par de videos, un paralelo con dos experiencias parecidas, que también intentaron incursionar en la política, con limitado o nulo éxito como Facundo Manes y Marcelo Tinelli. “Estos ejemplos son los que te deben guiar. Cuando salen de su esfera de intocables, pierden. Y cuando quieren que todos los que los fueron a convocar se arrodillen a sus decisiones, directamente sucumben”, le expliqué.

Sin embargo, parece que Gebel está siendo requerido por diversos espacios. Algunos excluidos de La Libertad Avanza ya lo sondearon, pero también lo están solicitando dirigentes gremiales como Juan Pablo Brey, secretario del gremio de los aeronavegantes, también dice que está tratando de “convencerlo”.

La idea de un extrapartidario, sin relación con los partidos políticos, con alta convocatoria y con un poder económico que nadie sabe cómo calificar es una idea tentadora tras el éxito de Javier Milei. Inclusive algunos de sus antiguos impulsores están ahí junto con otros referentes vinculados con el peronismo más territorial y que por ahora convergen en las huestes del Movimiento Derecho al Futuro.

El ex legislador porteño Eugenio Casieles también sondeó la idea con varios de sus más cercanos colaboradores. Y algunos creen que hay detrás personalidades muy importante del mundo de las telecomunicaciones entusiasmados con la idea.

Según las consideraciones de varios que lo conocen, tiene algunos atributos muy importantes. Siente el dolor del otro como propio. Mantiene permanentemente abierta su cuenta económica para donaciones y le tienen la misma fe que la que Gebel impone en cada presentación para sus seguidores.

Las contraindicaciones, sin embargo, están a la vista debido múltiples experiencias recientes y actuales. Los casos más exitosos fueron los de Carlos Reutemann, Daniel Scioli, Mauricio Macri y el actual presidente Milei, cuatro outsiders que terminaron siendo gobernadores o jefes de Estado. Sin embargo, todos siempre desconfiaron de las estructuras partidarias.

Reutemann inclusive no quiso ser candidato presidencial cuando Eduardo Duhalde le había dejado todo en bandeja. Él vio algo que no le gustó. Milei, más audaz, mucho más creyente de su rol de cruzado emancipador, guiado también por fuerzas del cielo, no dudó cuando se vio en las puertas de la Presidencia y no aceptó más ayudas que la que su hermana quiso tener. Y Macri terminó dinamitando el espacio que creó porque no creía que nadie lo podía suceder.

Otras experiencias fracasaron porque es muy difícil para una persona acostumbrada a dar órdenes recibir propuestas indescifrables o, directamente, indecentes, sin que ellos pudieran controlar la trayectoria de todo el proceso. Manes, ejemplo brindado al inicio terminó solo, deambulando por un radicalismo que lo tenía como protagonista y luego lo dejó de sostener. Tinelli no pudo acceder a la conducción de la AFA y tras sufrir un escandaloso empate 38 a 38 cuando había solo 75 personas habilitadas para votar. Desde ahí en adelante su derrotero fue de continuo retroceso hasta padecer la pérdida de muchos de sus activos y emprendimientos.

¿Cómo se le explica a alguien que viene desde otro mundo cómo se transita por un Estado o una organización que siempre necesita de acuerdos y compromisos más colectivos? Si bien la experiencia de Milei aparece como exitosa, su gobierno aún no terminó. Y una de las posibilidades latentes es que quien lo suceda vuelva a provenir de una organización política o de algún referente experimentado, como un gobernador, intendente o político tradicional.

Dante Gebel aparece como el modelo perfecto para un nuevo experimento político. Está a tono con el momento líquido en el humor social, que ya no quiere saber nada con una organización política, sindical o empresaria para tener una referencia. Tiene una altísima capacidad para ingresar a los hogares y mover los sentimientos de millones de personas. Cada presentación, seguida asépticamente, es una montaña rusa de profundidad, experiencias de vida y reflexión. Gebel dice que no es un típico pastor evangélico, pero se parece.

¿Alcanzará eso para ser candidato? Personas que lo frecuentan sostienen que todavía no tomó ninguna decisión pero mientras tanto deja correr todas las informaciones que hablen sobre su posible llegada a la política. Desde Mauricio Macri hasta dirigentes encumbrados de Fuerza Patria han hablado con él o de él.

“Ya termina fin de año… No hay nada que anunciar. Quizás en abril o mayo tengamos algo para decir”, confían quienes han hablado varias veces de este tema con él.