Política28/04/2015

Vivir en un mundo de mentiras

La mentira nunca es buena, mata el alma y la envenena. Y ese es el clima que vive todo el entorno de Juan Carlos Romero. Desde el año pasado le mienten, lo siguen haciendo, y seguirán después del 17.

Si bien mucho se duda de la veracidad y confiabilidad de los sondeos de opinión, más aún en los tiempos preelectorales donde son utilizados para tratar de torcer la voluntad popular, hay un dato que nunca se modificó. Todas las encuestas en los últimos 2 años marcan un techo a Juan Carlos Romero de entre el 65% y 70%, es decir, se trata de una importante cantidad de personas que afirman que NUNCA lo votarían. Por más campaña, publicidad, o caminata, es un segmento poblacional que tiene definido su voto en contra, de forma inamovible.

Conociendo esos datos, la estrategia de todos los que armaron la campaña electoral del senador fue crear una atmósfera donde le hicieran ver otra realidad, una donde el mismo Romero se sintiera más a gusto, y de esa manera siga poniendo plata para la campaña.

Claro, esa mentira se iba a caer a la larga, y eso pasó el 12 de abril pasado, por lo que la estrategia pergeñada fue crear la teoría del fraude. Mejor que asimilar la realidad, se buscó culpar al otro, en este caso al voto electrónico. “Nos hicieron trampa”, fue el argumento. Romero también compró esa versión.Los culpables
Dentro de ese plan estaba el entorno cercano, sus asesores, estrategas locales y ex funcionarios con ansias de volver que le hicieron creer que estaba en un mano a mano con Juan Manuel Urtubey.

Se sumaron luego los asesores porteños, unos sujetos que no tienen ni idea de la realidad local, que se vendieron como “hacedores de triunfo”, y que determinó la salida de Ángel Torres. Todos saben lo que cobran estas agencias porteñas, que vienen con paquetitos armados que no se ajustan a la realidad de cada lugar.

Le mintieron las encuestadoras, como ICQ y otras, que daban un supuesto “empate técnico” entre el frente Romero +Olmedo y la fórmula Urtubey-Isa.

Le mintió su propia familia, haciéndole creer que estaba en condiciones de dar batalla. Claro, para ellos era más que nada una cuestión de honor y la única salida posible a la decena de causas judiciales donde muchos están involucrados y pueden ir presos.

Lo estafaron sus propios medios de comunicación, filtrando sólo mensajes de oyentes que lo alababan, entrevistando a chupamedias, mostrando tapas de una Salta que se cae a pedazos, cuando la ciudadanía en realidad percibe otra cosa.

ConclusiónVivir en tamaña realidad virtual, inevitablemente llevó a Romero a cometer errores casi infantiles. Repite una y otra vez lo del fraude, aunque no lo pueda demostrar. Se niega a entender cómo la gente puede votar a Urtubey, si para él la provincia es un desastre. No le cierran los números obtenidos en las PASO, pues en su cabeza él ganaba las elecciones.

El 17 de mayo será el día de la sentencia final, donde los mentirosos quedarán definitivamente al descubierto. Claro, en su salida ya armaron el plan de escape: crearán una banda de denunciadores para seguir, aunque sea por un tiempito más, instalando la teoría del fraude. Mientras tanto, muchos armarán sus valijas, guardarán la plata que le sacaron en la campaña a Romero y a Olmedo, y buscarán con quien encolumnarse políticamente en el futuro.

Fuente: www.informatesalta.com.ar