Los siniestros viales son cada vez más mortales en toda la provincia
En los primeros 9 meses de este año ya hay 28 decesos más que en igual período de 2014. La cantidad de choques, vuelcos y atropellos bajó: 2.120 este año contra 2.767 del anterior.
Los choques, vuelcos y atropellos duelen a todos: familiares de fallecidos, heridos, amigos, pero también a médicos y enfermeros de emergencias, policías y testigos. En distinta medida, pero duelen. Y en Salta, este año, el dolor circula más por las calles y rutas.
En comparación con 2014, en lo que va de este año hay menos siniestros viales pero más muertos, que es lo mismo que decir que este año los siniestros son más fatales que el año anterior.
Los números son contundentes: entre enero y septiembre murieron 160 personas, mientras que en igual período del año pasado fueron 132. Y en los primeros seis días de este octubre se sumaron otras cinco víctimas fatales, esto es, casi una muerte por día.
Del total de decesos por la epidemia vial, 58 se produjeron en zonas urbanas tanto de la ciudad de Salta como de municipios del interior. En tanto, 102 ocurrieron sobre rutas provinciales y nacionales. El choque de un colectivo con un remís, ocurrido el 20 de septiembre cerca de Orán y que terminó con seis muertos, se convirtió en la peor tragedia y no solo de este 2015, sino de los últimos trece años.
Con 165 fallecidos, este año se aproxima, lamentablemente, a las 180 víctimas fatales que hubo durante todo 2014. En el área de Seguridad Vial de la Policía, en los hospitales de toda la provincia y en los municipios ya casi no hay dudas de que se superará ese triste número, sobre todo porque la conducta vial de quienes se sientan frente a un volante, en una moto, en una bicicleta y de los peatones no muestra ningún cambio.
A contramano
Un dato llama la atención: la curva ascendente de los números de fallecidos no se refrenda en la cantidad de accidentes, que este año disminuyeron notablemente respecto del anterior. Y llama la atención porque un razonamiento más o menos lógico indicaría que una menor cantidad de siniestros se correspondería con una menor cantidad de muertes. Pero la realidad es muy distinta.
Según las estadísticas de la Dirección de Seguridad Vial de la Policía de la Provincia, entre el 1 de enero y el 30 de septiembre ocurrieron 2.130 siniestros, mientras que en igual período de 2014 se registraron 2.767 incidentes en rutas y calles.
En el hospital San Bernardo, referente para la recepción de víctimas en siniestros viales, atendieron 3.157 heridos entre enero y septiembre. De ese total, 1.024 iban en moto y 120 en bicicletas, números que confirman quiénes son los más vulnerables en el tránsito.
Un control entre todos
"Es cierto que hay más víctimas en las rutas y por más que el Gobierno ponga más controles, no tiene mucho valor eso. De hecho, si un conductor va hecho un diablo de rápido, cuando ve que se acerca a un control baja la velocidad y pasa como un angelito y a los pocos metros de pasar el puesto vuelve a acelerar", dijo el doctor Mamaní a El Tribuno.
Frente a esto repitió como alternativa una sugerencia que hicieron desde el hospital al Consejo de Seguridad Vial días atrás: que las personas que trabajen en las fuerzas armadas o fuerzas pública o el Consejo de Seguridad Vial sean acreditadas para que puedan informar sobre un infractor tomándole la patente. La idea es que "esa persona sea ubicada y convocada por un organismo de control para hacerle, la primera vez, una advertencia, la segunda un reto y la tercera que le quiten el vehículo; si corren el riesgo de quedar sin el auto se van a cuidar mucho más", sostuvo.
Relativa tolerancia cero
La ley provincial 7.846 alcohol cero, más conocida como tolerancia cero, tiene una incidencia relativa en las estadísticas accidentológicas, cuando se miran las causas que originaron el siniestro vial.
"Es común ver que en las estadísticas hay algo de por medio que favorece la ocurrencia del siniestro y lo más habitual es que sea el alcohol", afirmó el doctor Jorge Mamaní, titular del área de Accidentología del hospital San Bernardo.
La ley provincial se aprobó hace un año -septiembre de 2014- y fue una de las apuestas del Gobierno provincial para generar una disminución en el nivel de accidentes de tránsito.
Pero el hábito de consumir bebidas alcohólicas o sustancias prohibidas antes de conducir no cambió demasiado en la provincia.
"(Si la ley hubiera tenido resultados contundentes) no habría tantas muertes; siempre hay algo detrás del siniestro y primero siempre está el alcohol, le siguen después las drogas y por último los medicamentos", añadió el profesional.
El jefe de Accidentología insistió en remarcar la necesidad de avanzar en un diálogo interinstitucional para plantear acciones para detener la epidemia de siniestros viales que este año ya acumulan 165 decesos.
Fuente: Diario El Tribuno