Los afectos, un pilar fundamental para sobrellevar el confinamiento
El aislamiento obligatorio vino a romper con todas nuestras rutinas diarias y a movilizar nuestras estructuras mentales. Crisis emocionales, estrés y depresión son algunos de los efectos colaterales de la cuarentena. ¿Cómo cuidarnos emocionalmente?
Sociedad09/04/2020InformateSalta entrevistó a la licenciada en psicología, Paula Rodriguez Messina (M.P 784), quien nos brinda una serie de herramientas y consejos para comprender las emociones que experimentamos durante el aislamiento y cómo vivirlas de la mejor manera.
¿Cómo hay que manejar las emociones en este marco de aislamiento?
El “manejo” de las emociones es quizás lo que menos debamos intentar en este período tan atípico para los seres humanos. Es más, en muchas ocasiones vamos a sentir que son las emociones las que nos “manejan” a nosotros. Entonces la primera propuesta es tener en claro que la mayoría de los estados emocionales que atravesamos durante el aislamiento son normales y también impredecibles. A lo mejor el primer pensamiento que tenemos al despertar es un pensamiento positivo y vital, pero al momento de hacer el café, unos minutos más tarde, esa vitalidad se nos desmorona y nos llenamos de desgano.
La idea entonces es ir aceptando cada estado emocional tal y como se presente, teniendo en cuenta que ninguno de ellos será estático ni llegó para quedarse; ni la mayor sensación de plenitud ni el desasosiego serán un estado permanente en nuestra psiquis.
¿Cómo lograr un equilibrio de salud mental entre en trabajo, la familia y los aspectos de la vida que en la mayoría de los casos se ejecutaban en distintos espacios?
Seguramente todos tendremos que hacer durante el confinamiento, cosas o tareas a las que no estábamos acostumbrados en lo absoluto. Para algunos será sentarse en la PC a trabajar mientras sus hijos juegan a su lado, para otros enfrentarse a las tareas domésticas, el cambio de hábitos y la lista puede seguir interminablemente.
Es fundamental que nos hagamos a la idea que la vida tal y como la veníamos llevando hasta antes de esta medida, se puso en “Pausa”, seguramente no desapareció, sino que por un tiempo no podremos vivir nuestra vida como era. Lo horarios, las actividades personales, las laborales, las de los niños etc. Todo parece haberse convertido en una sola actividad colectiva y para muchos asfixiante.
Ante esto, es importante intentar ser flexible, y digo intentar porque como lo mencioné antes, habrán días en los que podremos hacerlo y otros en los que resultará una batalla perdida.
Ahora bien, si volvemos a pensar en la vida que teníamos antes, esa que tuvimos que poner el “Pausa”, es muy importante rescatar de esa rutina anterior todas las cosas que hacíamos y que hoy a pesar del encierro podemos (y debemos) seguir haciendo, y en este punto van a surgir obviedades que de todos modos quiero mencionar: mantener un ritmo horario equilibrado y similar al anterior; continuar con los hábitos de higiene y alimentación previos, seguir ordenando la casa, los espacios personales dentro de ella y algo que es muy importante, continuar e incluso aumentar fuertemente el contacto telefónico con nuestros afectos.
Los argentinos tenemos raíces muy afianzadas a la afectividad, por eso incluso el confinamiento puede llegar a costarnos mucho más que a otras poblaciones. Entonces el afecto lo quiero resaltar como un pilar elemental que no debemos descuidar para poder mantenernos un poco más felices mientras dure el aislamiento.
Para una persona que se encuentra sola ¿Qué se le podría recomendar?
Para los que están solos será entonces mas importante implementar lo que veníamos conversando sobre el armado y el mantenimiento de una rutina diaria. De alguna manera el seguir un orden en la vida de todos los días contribuye a llenar “espacios” de tiempo que veces se vuelven un tanto pesados. Y por supuesto seguir llamando a los amigos, a los padres, a los hijos no solo para saber cómo están, sino más bien para contarles como se sienten, que están haciendo y que les gustaría hacer, por ejemplo.
En el caso de los adultos mayores ¿Cómo ayudarlos a transitar este momento en donde la información te dice que, si alguien muere podés ser vos, por tu edad?
Bueno por supuesto sin generalizar, el problema que tenemos aquí es que la mayoría de nuestros adultos mayores pasan varias horas frente a la televisión o escuchando la radio, y eso en este momento no es lo más saludable por el constante bombardeo de noticias poco alentadoras que implica. Pero tampoco podemos pedirles a nuestros abuelos que apaguen la tele porque se trata de una rutina diaria que es parte de sus vidas.
Entonces voy a volver a insistir con el Afecto. Imaginate si cuando le haces una llamada a tus mayores, te dispones a escucharlos, digan lo que tengan ganas de decir, total tiempo tenemos ahora; y pensá que mientras hablaste con ellos tuviste la oportunidad de contarle alguna cosa que los entretenga y que por ese rato lo “salvaste” un poco de las noticias de la tele. ¿ Está bueno no? Es un aporte tan bueno y tan gratuito que deberíamos reforzar ahora y mantener incluso cuando todo esto haya terminado.