Datos personales en manos del Estado: Sandro Camilleri explica la relación entre libertad y privacidad
Día tras día podemos ver números actualizados y todos los detalles sobre la evolución del Covid-19 en la Argentina: cantidad de víctimas fatales, nuevos casos detectados y las cuestiones demográficas relacionadas a cada uno.
Tecnología06/05/2020El Estado se permite inmiscuirse más que nunca en las vidas de las personas y sus detalles, a fines de controlar y trackear los movimientos del virus, y esto abre un debate necesario: la dicotomía entre brindarle al Estado mi información privada para garantizar mi seguridad y la de los demás ciudadanos, y la duda sobre qué tan seguros no sentimos con esos datos en sus manos.
Si bien en estos tiempos la gravedad del contexto (un proceso que ya se cataloga como “histórico”) nos obliga a no cuestionar demasiado, las preguntas dan vueltas en el aire: ¿qué tan a nuestro favor es ese control que recae sobre nosotros? ¿qué tan seguros estamos frente a la manipulación de nuestros datos? ¿cómo puede garantizar el Estado la seguridad sobre nuestras cuestiones privadas, en este contexto o en cualquier otro?
“Los documentos que el Estado distribuye y controla, muchas veces son menos detallados y personales que lo que ya está en el dominio público en Facebook o Twitter”, garantiza Sandro Camilleri. El italiano es CEO y fundador de Matica Technologies, una empresa que lidera en el rubro de la confección de documentos y tarjetas para sistemas de seguridad. Para él, hablar de “archivar y limitar la libertad personal” es un tema muy serio, fuertemente ligado a la visión del mundo y el futuro que queramos tener: un mundo cerrado, basado en fronteras, u otro basado en el intercambio, donde podamos movernos con más libertad. En el segundo caso, “la condición fundamental para lograr esto es la seguridad, y ésta necesariamente comienza con la identificación”.
“Sacrificar una parte de nuestra privacidad es algo que no se hace en nombre del control, sino justamente de la libertad”, aclara Camilleri. En Shenzen, China, se puso recientemente en funcionamiento un sistema de cámaras que reconoce la cara de los automovilistas y permite a los policías acceder a su información personal. Pero esta no es la idea: “nuestro deber en Occidente es no llegar a ese punto”.
“Sacrificamos una parte de nuestra privacidad en nombre de la libertad, no del control”, asegura Sandro Camilleri, CEO y fundador del Grupo Matica.
Según el empresario, ya hay herramientas y tecnologías “adecuadas, mínimamente invasivas” que son capaces de manejar situaciones potencialmente eficaces para almacenar datos en documentos. Se trata de poner todo en una balanza. “Es fácil sentirse indignado cuando nos piden las huellas digitales para entrar a Estados Unidos. Más difícil de enfrentar es un ataque terrorista que podría haberse evitado”.
Matica Technologies es una compañía Europea con más de 20 años de experiencia en el sector; líder en el rubro, opera desde ocho países y factura más de 60 millones de euros al año. Con tecnologías de última generación, basadas en el uso de láseres y hologramas, garantizan los más altos niveles de seguridad en tarjetas de identificación y documentos.