El hecho ocurrió este fin de semana en la Clínica Cruz Azul, de Salta capital. Juan Flores, hijo de Simón Flores Apaza, falleció el sábado por la mañana estando internado en la clínica Cruz Azul. Tenía 77 años y sufría de infección urinaria, además de artrosis en la columna. Era albañil, según informa El Tribuno. El certificado de defunción informa que sufrió un paro cardiorrespiratorio y sospecha de Covid.
El protocolo impidió ver los cuerpos ya que los mismos se encuentran encapsulados para evitar contagios.
Cuando la familia estaba yendo a General Güemes a acompañar los restos de su padre, le avisan que desde la clínica Cruz Azul se habían equivocado y habían entregado a Sepelios Romano el cuerpo de su padre a otra familia, también de apellido Flores.
La etiqueta del señor que estaba en la clínica decía Mauricio Flores, y la etiqueta de su papá decía Simón Flores y se lo llevó Romano. La otra familia tenía contratado el servicio de la empresa Pieve.
Uno fue enterrado por parte de Sepelios Romano, mientras que el otro no llegó a ser retirado por Pieve, ya que lograron advertir de antemano la equivocación de la otra empresa. Esta situación generó igualmente enorme pesar en ambas familias.
Explicaciones de Grupo Pieve
Al respecto, y ante la trascendencia de esta noticia, desde Grupo Pieve se explicó que por tratarse de un caso con protocolo Covid, se debía retirar a la persona fallecida y trasladarla al Crematorio, habiéndose asignado turno el día domingo 25 de Julio a las 9 de la mañana.
Personal de la empresa se presentó para retirar el cuerpo a fin de realizar el traslado al Crematorio y cumplir con el turno de cremación, pero al llegar a la Clínica Cruz Azul, el domingo a las 7:30 advierte que el cuerpo encapsulado en morgue tenía una etiqueta con el nombre de otra persona y el mismo apellido. Inmediatamente el personal informa que el fallecido Simón Apaza Flores no estaba a disposición para su retiro.
De inmediato entraron en contacto con la Gerencia de la Clínica Cruz Azul y se comunicó a los familiares lo sucedido, pero desde Pieve nunca se retiró el cuerpo de otra persona.
Sepelios Romano procedió a la exhumación del cuerpo y Pieve reasignó un sobreturno para cumplir con la cremación y a la familia afectada se hizo entrega de una urna superior, como un gesto por la situación sufrida, ajena.
“Comprendemos y acompañamos el dolor de los familiares y el comprensible enojo ante lo ocurrido, y desde nuestro equipo de asesores fúnebres siempre se les informó y brindo contención necesaria en este caso y en los diferentes momentos difíciles de todas las familias víctimas de esta pandemia. Queremos se aclare que no fue un error de nuestra empresa, no retiramos el cuerpo de la otra persona fallecida y el cambio de urnas fue a elección de la familia ante nuestro ofrecimiento”. Explicó María Inés Pieve, coordinadora ejecutiva de Grupo Pieve.
Protocolo Covid
Es muy importante destacar que en casos de fallecidos por Covid, conforme el protocolo dispuesto por COE, la familia puede ser autorizada a ingresar a reconocer a la persona fallecida en la sala de aislamiento de la clínica u hospital, previo al encapsulamiento. El personal de la empresa fúnebre no tiene la posibilidad de realizar dicha identificación toda vez que al retirar a la persona fallecida, ya debe estar cerrada la bolsa estanca por razones de bioseguridad.