Las ruinas de Esteco, donde se forjó el culto al Señor del Milagro de Salta, ya son un monumento histórico nacional
Sociedad03/09/2022El Senado de la Nación aprobó el jueves pasado un proyecto que declara como monumento histórico nacional al sitio arqueológico, antropológico y cultural de Nuestra Señora de Talavera de Madrid de Esteco, ubicado en jurisdicción del municipio de Río Piedras, en la provincia de Salta.
La iniciativa fue del senador Sergio Leavy y en la fundamentación colaboraron alumnos del colegio Juan Carlos Dávalos de Metán, coordinados por la profesora y ciudadana ilustre de esa localidad, Norma Aguilar.
"Esto es un gran avance y un reconocimiento histórico para revalorizar este sitio ubicado en suelo salteño. Ahora el proyecto pasará a la Cámara de Diputados de la Nación", dijo la profesora Aguilar.
"Desde el 2018 venimos trabajando en este proyecto para que el sitio de Esteco sea declarado monumento histórico nacional, a través de una iniciativa popular. Habíamos logrado juntar más de 9.000 firmas en los departamentos de Anta, Metán, Rosario de la Frontera y La Candelaria, pero luego surgió la pandemia y no pudimos seguir avanzando. Finalmente le pasamos el proyecto al senador Leavy, con quien estamos muy agradecidos porque nos escuchó. Estamos felices porque fue aprobado", destacó la ciudadana ilustre de Metán.
La ciudad de Esteco, cuyo nombre oficial era Nuestra Señora de Talavera de Madrid, fue fundada el 8 de noviembre de 1609 y destruida por un terremoto el 13 de septiembre de 1692, suceso que dio origen al culto del Señor y la Virgen del Milagro.
Dicha ciudad colonial constituyó uno de los hitos en el proceso de conquista y colonización del territorio que hoy es Argentina, desarrollado entre los siglos XVI y XVII.
Tras su destrucción en 1692, sus estructuras quedaron sepultadas y paradójicamente protegidas por sedimentos de 329 años, convirtiéndose en un exponente valioso del urbanismo colonial al que se podría incluir en el grupo de ciudades calificadas como "menos exitosas" debido a que su existencia se extendió por menos años.
Fue un enclave defensivo de importancia al interior de la Gobernación del Tucumán durante el siglo XVII tiempo de su existencia- soportando los ataques de calchaquíes desde el oeste y chaqueños al este y contribuyendo con ello al sostenimiento y desarrollo de otros núcleos urbanos.
La falta de mano de obra indígena, el éxodo de pobladores, la negativa de los comerciantes a utilizar una ruta peligrosa signó su declinación paulatina, pero a la vez irreversible, cuyo golpe de gracia fue el terremoto de 1692. /El Tribuno Salta