Desde principios de octubre no cesan los incendios en el norte salteño. Son múltiples los focos ígneos que siguen devorando el bosque nativo y la yunga, principalmente en los departamentos Orán, San Martín y Metán. Se trata de la segunda ola de incendios forestales, y hay que mencionar que todos se iniciaron por alguna acción humana.
En Orán, el fuego avanza por todos lados. El bosque pedemontano de la Reserva de Biosfera está siendo consumido hace varios días Este se encuentra a menos de 20 kilómetros de la cabecera del departamento, San Ramón de la Nueva Orán.
Daniel Guzmán, titular de Defensa Civil de ese departamento, dijo que los incendios de octubre se originaron tras un paréntesis de la veda de pesca otorgado por el municipio a los pescadores. La limitación regía en los ríos Bermejo, Pilcomayo, Pescado y afluentes desde el 18 de setiembre de este año hasta enero de 2023.
“Hubo protestas en Orán. Muchas personas viven de la caza y pesca. Lo que ocurre es que no hay conciencia. Los responsables de la medida deben cuidar lo poco que queda, porque es justamente lo que (los oranenses) están disfrutando. Se excusan en que se les fue la mano. La verdad, la gente volvió a transitar la zona de la Reserva y empezaron otra vez los incendios. Los habitantes de la ciudad de Orán padecen el humo a diario”, dijo a Salta/12.
Los incendios forestales abarcan desde el paraje La Junta y El Oculto, por el río Pescado, hasta Santa María, en el límite del municipio de San Ramón de la Nueva Orán con Colonia Santa Rosa. Los focos se mueven desde un punto de origen: las márgenes de los cursos de agua afluentes del río Blanco y Santa María y lo hacen por un área estimada en 5000 hectáreas.
Ahora lo preocupante es que alrededor de 300 personas de comunidades originarias kollas (Tinkunaku principalmente) viven muy cerca de la ruta provincial 18, por Río Blanco. Aunque por el momento, el fuego no representa peligro para estas poblaciones, se mantiene el alerta.