Un hombre pactó un encuentro con una nena de 12 años: la familia de ella lo engañó y terminó desfigurado

Un hombre de 25 años fue detenido en las últimas horas en la localidad de Eldorado, en Misiones, después de que un grupo de personas lo acusaran de acosar sexualmente a una nena de 12 y lo redujeran a golpes en plena calle hasta la llegada de la policía.

Todo empezó cuando la madre de la víctima descubrió los mensajes que su hija recibía a través de la red social Instagram por parte del acusado y, en medio de la conmoción, decidió hacerse pasar por ella para atrapar al acosador.

Al tomar el “control” de la conversación, la mujer pactó una cita con el acosador y fue a su encuentro acompañada por familiares y un grupo de vecinos. El hombre también se presentó en el lugar señalado, cerca del Club Estrella del Norte del barrio Belgrano, y cayó en la trampa.

Las imágenes del acusado después de la golpiza. (Foto: gentileza Misiones Online).

El hombre fue reducido a golpes y patadas por el entorno de la víctima y terminó con el rostro desfigurado, según las imágenes difundidas por el portal Misiones Online horas después de la violenta secuencia.

Tras su detención llevada a cabo por efectivos de la división Comando Radioeléctrico local, fue imputado por el delito de Grooming. No descartan que sea responsable también de otros casos de similares características en la zona.

¿Qué es el grooming?: cómo detectarlo y prevenirlo

Es un delito que consiste en el acoso sexual y virtual a niños y adolescentes por parte de un adulto. En general, el acosador simula ser un niño o niña a través de un perfil falso en las redes sociales para establecer una conexión y control emocional con el fin de disminuir las inhibiciones de los menores. A través de distintas técnicas de manipulación, el atacante consigue que el niño se desnude o realice actos de carácter sexual.

Hay que prestar mucha atención al comportamiento de los niños y estar alertas si se observan determinadas actitudes, por ejemplo: si se produce un notable aumento o disminución en el uso de los teléfonos celulares, computadoras o tablets; si el menor muestra respuestas emocionales (risa, enojo, disgusto, etcétera) a lo que ocurre en la pantalla; si oculta la misma cuando un adulto está a su alrededor; si evita o se aleja de situaciones sociales, incluso aquellas que disfrutaba anteriormente; si se vuelve retraído o se deprime; o bien, si pierde interés en la interacción con las personas y actividades. /TN