Aberrante. La víctima se había mudado a la casa de su padre para cuidarlo, pues se encuentra en sillas de ruedas. Esto, sin embargo, no impidió al acusado ejecutar su venganza, pues consideraba a sus hijas responsables de haberse quedado solo.
El caso ocurrió en la localidad de El Carril en enero del año pasado, cuando la víctima, y una hermana, se mudaron a una vivienda en la Finca Santa Rita, para atender a su padre, un hombre de 52 años que estaba desempleado y en sillas de rueda.
Según surge del expediente, la víctima, que podrían haber sido dos, denunció a su padre por dos hechos de abuso sexual con acceso carnal, lo que motivó la captura del mismo, el 19 de enero de 2023. Cabe agregar aquí otro dato no menor: se trata de su segunda detención por un hecho delictivo.
En su relato, la joven abusada contó que junto a su hermana decidieron asumir los cuidados de su padre, quien lejos de corresponder ese servicio, desplegó en contra de la víctima una conducta totalmente perversa, la que se consolidó con el abuso sexual.
Indicó que días antes de su denuncia, regresó adolorida de su trabajo, por lo que su padre se ofreció para darle un masaje en sus piernas, a lo que la joven accedió. Luego de unos minutos, su padre le bajó el pantalón y le introdujo sus dedos en la vagina, para luego ponerse encima de ella.
La mujer indicó que, pese a que su padre estaba confinado a una silla de ruedas, tenía bastante destreza y fuerzas en sus brazos, por lo que no pudo sacárselo de encima. Ante sus reclamos, el acusado se justificó diciendo que era un hombre y que tenía sus necesidades.
Posteriormente, entre otros argumentos, lanzó una frase abrumadora. Sostuvo que culpa de la víctima y su hermana, su madre lo había abandonado. En vista de ello, y a modo de venganza, le aseguró que por todo ello “todas iban a pagar”, una dura amenaza que obligó a la víctima permanece por unos días más en la casa, a fin de vigilar que su hermana no fuera violada.
Una venganza imperdonable
Lejos de corregir su comportamiento, su padre mantuvo en pie su venganza, pues acosaba a la joven, dándole chirlos en la cola cada vez que pasaba cerca. Reveló que su padre la solía abrazar fuertemente, haciendo que sus pechos toquen su torso.
Cada vez que lo hacía, le susurraba que era más bonita que su hermana, de quien ya había abusado y que la veía como una mujer y no como su hija. En otra ocasión, en tanto, su padre volvió a masajearles los pies, circunstancias en que logró tirarla en la cama, donde volvió a abusar de la misma.
Ante este nuevo hecho, y la confesión de que ya había abusado de otra de sus hermanas, es que se decidió a radicar la denuncia, lo que derivó en la detención y juicio del acusado, quien aceptó una pena de 8 años y seis meses impuesta por la jueza Carolina Sanguedolce, quien ordenó que el abusador continúe bajo la modalidad de prisión domiciliaria con monitoreo electrónico (UADME).
En el debate, ante la Sala III del Tribunal de Juicio, la defensa del padre abusador prestó conformidad para resolver el caso mediante un juicio abreviado, lo que también fue corroborado por el mismo acusado, quien dada su enfermedad deberá cumplir la pena impuesta entre las paredes de su casa.
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