



El proyecto de reforma del Impuesto al Valor Agregado (IVA), que propone que la Nación mantenga una alícuota base del 9% —frente al 21% actual— y que el porcentaje restante sea definido por cada provincia según sus necesidades fiscales, amenaza con provocar un fuerte recorte en las arcas provinciales.
Al respecto, el gobernador de Salta, Gustavo Sáenz, advirtió que las reformas fiscales que afectan a las provincias, especialmente en relación al IVA y los impuestos a las ganancias, no deben tomarse de manera unilateral.
En declaraciones a la prensa, subrayó la importancia de coordinar con los gobernadores antes de aplicar cambios que impacten de manera negativa en las provincias del NOA y NEA, históricamente desfavorecidas en comparación con las del centro del país.
“Las decisiones sobre impuestos afectan de manera desigual a las provincias del norte. Las reformas fiscales no pueden ser beneficiosas solo para las provincias centrales, mientras que las del norte seguimos sin recibir los recursos necesarios para crecer. Es urgente discutir estas medidas y buscar una solución federal”, destacó.
En ese sentido, remarcó que la coparticipación, uno de los temas más postergados en la política fiscal argentina, debe ser revisada de manera urgente. “A ninguno de los gobernadores nos gusta ir a pedir y extender la mano pidiendo limosna al contrario queremos trabajar con lo que tenemos”.
Sáenz también cuestionó la administración de los impuestos nacionales, en particular el impuesto al combustible. “El impuesto al combustible debería coparticiparse, porque es un recurso que sirve para el mantenimiento de las rutas nacionales, pero termina quedando en Nación”, afirmó.
En cuanto a las tasas impositivas locales, el gobernador señaló que la situación fiscal de las provincias no puede seguir dependiendo de incrementos en los impuestos. “Ya no podemos seguir subiendo las tasas. La gente necesita una reducción de impuestos, y no podemos seguir con políticas fiscales que ahogan a las provincias”, indicó.
Por último, destacó que, ante la falta de recursos por los recortes en las partidas nacionales, la provincia de Salta priorizó los gastos en sectores clave como salud, educación y seguridad, a la vez que se ajusta al nuevo panorama fiscal.









