Adiós a la ropa de marca y a la trucha: Cuál es la nueva tendencia

Sociedad15/06/2025
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La Generación Z, que abarca a los nacidos entre mediados de los '90 y principios de la década de 2010, no repara en modas ni en estadísticas de consumo, y empezó a amasar un nuevo negocio dentro de la era digital: crear y vender en línea marcas de ropa, remeras impresas personalizadas, sin tienda física, fábrica o depósitos.

La impresión digital y el comercio electrónico están dando lugar a una nueva generación de marcas independientes, ágiles y altamente conectadas con el consumidor, que estima Mordor Intelligence, tardará cinco años en desarrollarse en forma global.

Así es como el mercado que comenzó a delinearse se estima que alcanzará este año los US$ 6.84 mil millones, con producción a demanda, tiradas a medida y foco en la exclusividad, escalará hasta los US$ 11.93 mil millones para 2030.

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Uno de los segmentos de mayor crecimiento es el de la impresión de remeras personalizadas, que permite experimentar con diversos estilos y tipografías llamativas y colores vibrantes. “La impresión digital está marcando la diferencia porque ofrece la posibilidad de producir bajo demanda sin sacrificar calidad ni velocidad”, explica Jaume Carrera, gerente en Roland DGA.

“Esta tecnología permite lanzar colecciones en tirajes cortos, adaptarse casi en tiempo real a las tendencias y reducir riesgos operativos”, agrega.

Impresión digital y tiendas sin lugar físico

Las herramientas de impresión digital, como la tecnología DTF (Direct to Film), permiten realizar diseños complejos con alta definición y aplicarlos a una amplia gama de textiles y productos, desde remeras hasta gorras, bolsos o sneakers.

Entre sus beneficios clave se destacan la alta calidad en tirajes cortos, la agilidad para responder a tendencias en tiempo real, la reducción de desperdicios y el menor impacto ambiental.

Las grandes marcas en escala, que en este momento están abocadas a competir por precio contra la apertura importadora y hasta con la producción de las ferias populares para no seguir resignando facturación, tendrán así que enfrentar, a corto plazo, a un contrincante diferente en creatividad, identidad y agilidad: las nuevas marcas digitales.

En estos momentos, las cadenas infantiles, las marcas aspiracionales y las etiquetas de moda urbana se esmeran en recomponer el volumen de ventas dentro de un mercado en retroceso.

Los precios de la indumentaria y el calzado están en plena etapa de ajuste, ante la presión de las importaciones pero principalmente porque las ventas en abril y mayo ya se venían cayendo en términos interanuales un 30% y el Hot Sale ratificó la merma.

El bajo consumo y lo caro de las prendas bajó la vara de calidad de la ropa

El empobrecimiento del consumo bajó la vara en las pretensiones de calidad y ahora la mayor parte de la ropa importada de marca que circula por los canales alternativos es falsificada. Ocurre que los comerciantes compran en países vecinos, como Perú y Bolivia, y luego la revenden en La Salada y saladitas.

Las réplicas son versiones locales de este producto, que suelen ser de menor calidad y, por ende, más económicas.

En este contexto, la Generación Z se desmarca, al demandar productos que reflejen su identidad, su estética y su compromiso con valores como la sostenibilidad y la diversidad.

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