Masacre en Australia: Tiroteo contra una fiesta judía en la playa deja 11 muertos y 29 heridos

Internacionales14/12/2025
Australia

Una masacre sacudió este domingo a Australia. Al menos 11 personas murieron y otras 29 resultaron heridas en un tiroteo perpetrado durante un evento de la comunidad judía en la playa de Bondi, la más famosa de Sydney, donde cientos de personas se habían reunido para celebrar “Janucá junto al Mar”, una actividad pública por el inicio de la festividad judía de Janucá.

La policía confirmó que el ataque fue llevado a cabo por dos hombres armados. Uno de ellos fue abatido en el lugar por las fuerzas de seguridad, mientras que el segundo fue detenido tras un amplio operativo y permanece bajo custodia. Las autoridades informaron que el sospechoso arrestado se encontraba en estado crítico. Entre los heridos hay al menos dos agentes de policía.

El comisionado de la Policía del estado de Nueva Gales del Sur, Mal Lanyon, detalló que la cifra de víctimas fatales era “variable” debido a la gravedad de las heridas de algunas personas y a que los heridos continuaban llegando a distintos hospitales de Sydney. Según el último parte oficial, el saldo asciende a 12 muertos y 29 heridos.

El ataque ocurrió alrededor de las 18.45 (hora local) sobre Campbell Parade, una de las arterias principales que bordea la playa de Bondi. Testigos relataron escenas de pánico absoluto, con familias y asistentes huyendo desesperadamente, dejando sus pertenencias en la arena mientras se escuchaban disparos durante varios minutos.

Imágenes difundidas por canales de televisión australianos mostraron un momento dramático en el que un civil logró abalanzarse sobre uno de los atacantes y desarmarlo, antes de apuntarle con su propia arma, en medio del caos reinante.

Lachlan Moran, un hombre de 32 años oriundo de Melbourne que se encontraba en la zona esperando a su familia, contó que escuchó los primeros disparos y salió corriendo de inmediato. “Se oyeron algunos disparos, me asusté y empecé a correr tan rápido como pude. La gente lloraba, dejaba todo atrás. Fue simplemente horrible”, relató. Dijo haber escuchado detonaciones intermitentes durante unos cinco minutos.

En paralelo al tiroteo, la policía desplegó un enorme operativo de seguridad y emergencia. Equipos especializados trabajaron para desactivar un artefacto explosivo improvisado hallado en el automóvil de uno de los atacantes. Además, se inspeccionaron “varios objetos sospechosos” encontrados en las inmediaciones, lo que obligó a acordonar amplias zonas del barrio costero.

El primer ministro del estado de Nueva Gales del Sur, Chris Minns, afirmó que el ataque fue “deliberadamente diseñado para golpear a la comunidad judía de Sydney” y confirmó que el hecho fue oficialmente declarado un ataque terrorista, tanto por el objetivo elegido como por el tipo de armas utilizadas. “Nuestro corazón sufre por la comunidad judía de Australia. Es imposible imaginar el dolor de ver a seres queridos asesinados mientras celebraban una festividad milenaria”, expresó.

Por su parte, el primer ministro australiano, Anthony Albanese, manifestó en un comunicado que sus pensamientos estaban con todas las víctimas y sus familias. “Las escenas en Bondi son impactantes y profundamente angustiosas. La policía y los servicios de emergencia están trabajando sin descanso para salvar vidas”, señaló.

Los tiroteos masivos son extremadamente inusuales en Australia, país que cuenta con una de las legislaciones sobre armas más estrictas del mundo. Esas normas se endurecieron drásticamente tras la masacre de Port Arthur, en Tasmania, en 1996, cuando un solo atacante asesinó a 35 personas, un hecho que marcó un antes y un después en la política de control de armas.

En lo que va del siglo, los episodios de violencia armada masiva en Australia han sido escasos y, en su mayoría, vinculados a asesinatos-suicidios intrafamiliares, como los ocurridos en 2014, con cinco víctimas, y en 2018, con siete muertos. En 2022, dos policías fueron asesinados por extremistas cristianos en una zona rural de Queensland, en un ataque que terminó con los tres agresores abatidos tras un prolongado asedio.

La investigación por la masacre de Bondi continúa en curso, mientras Australia permanece en estado de shock por uno de los ataques más sangrientos de su historia reciente.

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