La grieta no será eterna
El presidente Macri prometió en campaña, entre otras cosas "unir a los argentinos". Sin embargo, macrismo, antimacrismo, kirchnerismo y antikirchnerismo se retroalimentan mutuamente fruto de la necesidad compartida de seguir usufructuando los beneficios del poder. La opinión del Licenciado Federico Posadas para InformateSalta.
Lo que le sirvió a Macri para ganar la elección hablando de unión y fin de la confrontación parece no servirle en este escenario de crisis económica. Los que son parte de la grieta son quienes más se benefician de la misma. Aunque la critiquen, su razón de existir esta en la propia existencia de la misma.
Una forma simple de explicarlo es con el modelo dialéctico de Hegel. El planteaba que siempre hay una tesis (kirchnerismo), una antítesis (antikirchnerismo o Macrismo), para finalmente evolucionar hacia una síntesis superadora. Hegel decía que cada tesis tiene dentro de sí misma el germen de su propia destrucción. Algo así como ideas jerárquicamente entrelazadas, que se explican y definen a partir de la existencia del otro. Pero que inevitablemente se destruiran mutuamente si no evolucionan.
La grieta hoy es una necesidad tanto de quienes gobiernan como de quienes se fueron. Tesis y antítesis están en constante tensión, y aunque hoy se imponga la antítesis, esta existe en función de la tesis original. Mientras exista uno existirá el otro. Sin embargo la ciudadanía cada vez más avanza hacia los grises. La gente está cansada de los planteos maniqueos, del blanco o negro de la política. Se puede forzar un tiempo más la existencia de la dialéctica que genera la grieta. Pero está destinada a desaparecer, aunque a ninguno de los que detentaron y detentan el poder les sirva que desaparezca. Porque hay un factor que es el que mueve las energías del poder, y es la ciudadanía. Y en la ciudadanía está la síntesis superadora que terminará con los antagonismo y los desencuentros. Una gran mayoría de la opinión pública no quiere pendular más en los extremos. La idea de evolución de Hegel se va a dar. La grieta se va a cerrar, incluso aunque a nadie de arriba le convenga. A veces los pueblos evolucionan más rápido que sus dirigentes. Y cuando los procesos se fuerzan, tarde o temprano encuentran su cauce por las buenas o por las malas. Habrá que ver si quienes están en el poder lo interpretan. Porque cuando los tiempos cambian, y los pueblos no encuentran su cauce, el político se adapta o desaparece.
Por: Federico Posadas. Lic. en Ciencia Política. Director de Politeia Consultores. Ex ministro de Turismo y Cultura