Urtubey: "La obstinación por no asumir el fracaso nos está llevando a un colapso"
En medio del gran escándalo por las coimas en el área de discapacidad, que desnuda a un gobierno que recorta prestaciones y recursos para robarse los fondos a través de coimas, como lo reconoció el propio responsable del organismo competente, las publicaciones de periodistas especializados en temas económicos de medios gráficos nacionales resaltan las cada vez más evidentes debilidades del programa económico nacional.
De acuerdo a informes del Banco Central de la República Argentina, la morosidad en el pago de créditos es la más alta de los últimos 15 años. Esta es más grave aún en las familias que han visto duplicada su situación de morosidad en tan solo 6 meses. La familias recurren a créditos personales y tarjetas de créditos para abastecerse de los bienes básicos para su subsistencia y eso está comprometiendo seriamente su situación crediticia.
Lo mismo sucede en todo el sector privado en general, el que también ha prácticamente duplicado su morosidad en lo que va del año 2025. Esta situación se da inclusive antes de la tremenda suba de tasas de interés que el gobierno ha impulsado en estos días para tratar de sostener artificialmente las banderas de la estabilidad económica supuestamente alcanzada.
La delicada situación en la que se hayan las familias argentinas ante la imposibilidad de afrontar sus deudas, junto a la mencionada suba de las tasas de interés, sumado a la fuerte caída del poder adquisitivo de los salarios y el crecimiento de la desocupación se convierten en una combinación letal para la pretendida reactivación de la economía.
Para ilustrar la gravedad de la situación por la suba de tasas, basta mencionar que los adelantos en cuenta corriente llegaron a tocar el 100% la semana pasada. Imposible imaginar el funcionamiento de una Pyme argentina con este costo financiero.
El gobierno parece dispuesto a todo para llegar a las elecciones de octubre con su relato lo más entero posible. Seca la plaza de pesos para evitar inflación y termina profundizando la recesión, con el correspondiente costo social de una economía que expulsa de la actividad a pymes, trabajadores, consumidores.
Al lado de eso, producto del festival de bonos públicos en los que las tasas están un 50% arriba del índice de precios, el Estado, que de la mano de Milei y sus legisladores se niega a actualizar jubilaciones y recorta pensiones y medicamentos, se apresta a pagar 100 billones de pesos de vencimientos de deuda en pesos.
Hace dos años venimos escuchando, hasta el cansancio, acerca de la pesada herencia recibida, sin embargo, es cada vez más evidente que la obstinación por sostener el relato y no asumir el fracaso de la política económica impulsada por el gobierno libertario nos está llevando a un colapso cada vez más inevitable, en el que los ciudadanos terminaremos pagando las consecuencias de la fiesta de la timba financiera y la corrupción de este gobierno.