Policiales29/04/2017

Apuntan a policías tras el crimen de Araceli

Un subinspector es hermano de dos de los detenidos.

Tres agentes de la policía de Buenos Aires quedaron en la mira de los investigadores del homicidio de Araceli Fulles ante la posibilidad de que hubieran plantado pruebas para desviar la búsqueda de la joven, de 22 años, que estuvo 25 días desaparecida. Las sospechas surgieron luego de que la madre de la joven denunció que el estuche de cosméticos de Araceli, encontrado durante uno de los rastrillajes, pudo haber sido robado por un policía que entró en su casa, según informó La Nación. 

El ministro de Seguridad bonaerense, Cristian Ritondo , separó a un subcomisario, a un oficial principal y a un subinspector que es hermano de dos de los seis detenidos del caso. Anoche, Darío Gastón Badaracco, de 29 años, el principal sospechoso del homicidio fue apresado en la villa 1-11-14, en Flores. Estaba prófugo desde ayer, luego de que fue encontrado el cuerpo de Araceli en el patio de la casa de su madre.

Ayer por la tarde se conoció el resultado de la autopsia: Araceli Fulles fue estrangulada, posiblemente con un lazo. Su nombre se agregó así a la lista de 26 mujeres asesinadas este mes en la Argentina. Los forenses establecieron que el homicidio se concretó entre 20 y 25 días antes del hallazgo del cuerpo. Este dato abonó la hipótesis que indicaría que la joven fue asesinada el mismo día que desapareció, el 2 de abril pasado.

Además se confirmó que la casa de José León Suárez donde apareció el cuerpo de Araceli había sido allanada por orden judicial el 17 de abril pasado, pero los policías no hallaron rastros del cadáver. Ritondo ordenó a la Auditoría General de Asuntos Internos que inicie un sumario administrativo para determinar las responsabilidades de los tres uniformados separados en las últimas horas. Uno de los policías desplazados es hermano de dos de los seis detenidos.

Además, el padre de la víctima cuestionó con dureza a la fiscal que estuvo a cargo de investigar la denuncia por averiguación de paradero, Graciela López Pereyra.

"No sabe ni dónde está parada, no supo nunca, ni desde un principio. No se hizo lo que se tenía que hacer de entrada", expresó el padre de la víctima, en la puerta de su casa, a 18 cuadras del lugar donde fue hallado el cuerpo de Araceli.

Los cuestionamientos contra la fiscal también surgieron de la policía, debido a la supuesta demora en apresar Badaracco, quien cayó anoche al ser atrapado por Gendarmería en la villa 1-11-14. La policía bonaerense tenía el dato que el sospechoso se había trasladado a ese asentamiento.

Fuentes judiciales indicaron que Badaracco, que tiene antecedentes penales, fue llevado a declarar tres veces como testigo; en ese momento, no había elementos para detenerlo, a pesar de que se sabía que pasó a buscar a Araceli por la casa donde se hizo un asado.

"No se podía detener a Badaracco ni a los otros tres hombres que lo acompañaron la noche del asesinato porque no existía un delito para imputarles. Araceli era buscada con vida, no muerta, y la principal hipótesis de trabajo apuntaba a que habría sido víctima de una red de trata de personas", explicó uno de los investigadores judiciales.