Los primeros mil días de un niño son fundamentales para el desarrollo
Claudia Ramos, especialista en Desarrollo Infantil del Ministerio de la Primera Infancia, visitó InformateSalta para dialogar sobre ésta importante etapa de la vida de un niño, desde el momento de la gestación hasta los primeros dos años.
Es conocido el dicho de que los niños son una esponja ya que durante sus primeros años tienen más capacidades para recepcionar todo tipo de información que se encuentra a su alrededor. Desde los estudios de la epigenética, que analiza las interacciones entre genes y ambiente que se producen en los organismos, se ha profundizado el estudio del comportamiento de las personas desde la etapa embrionaria.
Los primeros 1000 días de un niño, desde su gestación hasta los dos años, son considerados fundamentales para el desarrollo potencial de una persona. La especialista en Desarrollo Infantil, Claudia Ramos, visitó nuestra redacción y nos brindó más detalles.
“Lo importante de poder considerar esta etapa tiene que ver con una mama y un niño en proceso de gestación, donde no sólo hay que trabajar en controles de rutina médica sino en el acompañamiento de la madre, para que logre una salud emocional y pueda estar en condiciones de esperar él bebe en su nacimiento”, señaló Ramos en InformateSalta.
El equilibrio emocional de la madres es muy importante “para empezar a trabajar ésta etapa de flexibilidad epigenética, donde se pueden instalar algunas consecuencias que pueden ser desfavorables para el desarrollo futuro de una persona”.
La especialista señaló que se trata de una etapa donde se pueden establecer matrices que tienen que ver con estilos cognitivos y relacionales posteriores y matrices comunicacionales. Es un momento donde se asegura que la persona tenga una evolución de calidad. En este sentido, Ramos sostuvo que desde el Ministerios de la Primera Infancia otorgan importancia al protagonismo del niño como un futuro agente social, un futuro ciudadano.
En relación al programa de Adultos Referentes para que las madres, Ramos dijo: “la mamá necesita el control biológico y un acompañamiento emocional desde el embarazo. Madre con calma, con capacidad de escucha, de codificar las necesidades de su hijo y de poder transformar y construir la crianza con estabilidad, con un buen vínculo”.