Reclamo 01/01/2019

Un mismo terreno, un mismo dueño: parque de un lado, monte del otro

Los vecinos del Bº Grand Bourg se quejan por un zanjón que cruza el barrio, y que pertenecería a una firma privada. Avenida de los Incas lo atraviesa por el medio, y de una mano está parquizado y bien cuidado. Del otro, el abandono es total. Temen por las arañas y víboras que aparecen.

Cuando uno transita por Av. de los Incas, en dirección al Centro Cívico Grand Bourg por la subida de San Cayetano, se va a encontrar a las pocas cuadras con una zanjón o huaico, como lo llaman.

Lo curioso es que este enorme espacio verde, que se extiende varias cuadras hacia la derecha y hacia la izquierda de esta avenida en el Bº Grand Bourg, presenta dos escenarios totalmente diferente hacia ambas manos. De un lado luce con el pasto cortito, bien cuidado, y tiene faroles y hasta bancos

Pero de la otra mano, hacia Bº Las Leñas II, el panorama es otro. Enormes árboles totalmente descuidados, yuyarales de más de 2 metros de altura, cañaverales, enredaderas, en fin, parece zona de monte, donde además se pueden ver escombros y donde proliferan bichos e insectos de todo tipo.

Esa es la queja que hacen llegar los vecinos de este lugar, quienes afirman que todo el zanjón es de la misma inmobiliaria, pero se ocupa de un sólo lado, y eventualmente hace un corte de pasto sólo en las orillas del otro. 



Cabe acotar que existen viviendas en ambas manos y no es que se trate de una zona deshabitada, por lo que no entienden esa diferenciación, o si es que es responsabilidad de la Municipalidad realizar el mantenimiento de tamaño espacio verde.  

Mapa con la ubicación de la zona:


Fotos que muestran de un lado, un lindo y cuidado espacio verde, con césped corto, farolas, caminería y hasta bancos.





Pero del otro lado del zanjón se puede ver un tremendo yuyaral abandonado y peligroso. Incluso se pueden ver residuos y escombros ocultos entre los matorrales. Los carteles que aún existen, están totalmente ilegibles. Dicen los vecinos más antiguos, que los mismos alertaban que se trataba de una propiedad privada y que no se podía arrojar residuos. Esos carteles son hoy una simple chapa blanca por lo que cada uno hace lo que quiere.