Sociedad04/01/2019

Piercing: Belleza que requiere cuidados

Un piercing es una modificación corporal que tiene cientos de significados, desde gustos personales,hasta sentidos religiosos. Diferentes culturas étnicas y urbanas han adoptado este tipo de perforaciones para insertar el cuerpo piezas de joyería u otro tipo de objetos distintivos.

Este tipo de perforaciones son para cualquier sexo. Sin embargo, la mayor tendencia en culturas urbanas y suburbanas es que sean más las mujeres que porten algún piercing. A pesar de dar un hermoso toque de sensualidad y belleza, hay que tener muchos cuidados para no poner en riesgo la salud.

Belleza e identidad, el piercing ideal

Un piercing es un accesorio que puede ser permanente y estar ubicado casi en cualquier parte del cuerpo. Existen con diferentes formas y distintivos, razón suficiente para que la portadora se sienta orgullosa de su identidad, cultura y originalidad. Estas pequeñas piezas resaltan la imagen de la mujer, y no solo modifican la forma en la que las personas lo miran, sino que también tendrá grandes efectos en su propia visión del mundo.

Por ser una aplicación dolorosa y permanente en la mayoría de los casos, es necesario estar seguro del sitio donde será colocado. Es una decisión importante que no debe ser tomada a la ligera, pues dependiendo del sitio, cambiará la forma y el tamaño del piercing.

Los piercings están diseñados para funcionar en partes específicas, pues destacan diferentes cualidades de la parte del cuerpo que la enmarca. Allí está el secreto de porqué las mujeres se ven más sensuales al usar un piercing.

La perforación

Una vez tomada la decisión de qué piercing y dónde ubicarlo, viene el siguiente paso: la perforación. La palabra en sí evoca sensaciones de dolor corporal. No obstante, los métodos que se usan para realizar este tipo de perforaciones cuentan con ciertas cantidades de anestesia para impedir el dolor, en especial para evitar que la persona se mueva durante la perforación y altere levemente la ubicación.

Se usan marcadores especiales para trazar la ruta de la aguja. Después, para realizar la perforación en sí, se usa una aguja especial llamada catéter. Al terminar la perforación, se introduce el vástago perteneciente al piercing. Solo queda completar la colocación.

No se deben consumir analgésicos ni antes ni durante la implantación del piercing. Esto se debe a que los calmantes alteran los niveles de coagulación de la sangre. Lo que se traduce en que en el momento de la perforación, brote mucha sangre y no permita la colocación correcta. Además, la herida producida tardará mucho más en sanar, dejándola vulnerable a una infección.

Cicatrización

La cicatrización es uno de los aspectos más importante en la colocación de una modificación corporal, sea cual sea. En el momento de generar una herida e introducir un cuerpo extraño al cuerpo, este tenderá a protegerse. Es un proceso natural para lo que el cuerpo está capacitado, pero para eso hay que mantener una correcta higiene. La limpieza de la herida y del piercing debe ser periódica y primordial.

Antes de manipular las piezas y la herida, primero se deben lavar manos con agua y jabón. El antibacterial es un buen aliado para la limpieza de las manos, y se sugiere el uso de jabones neutros para que no exista la posibilidad de irritación o alergia en la herida.

En el caso de que se existan costras, deben ser retiradas humedeciendo con agua, agua oxigenada o alcohol. Se debe evitar arrancar las costras o aplastarlas, ya que estas acciones pueden traer infecciones indeseadas.

Después de la limpieza de la herida con jabón neutro y agua abundante, se recomienda aplicar una solución fisiológica. De ser necesario, se debe mover el piercing para que la solución pueda penetrar en la herida.

¿Qué no se debe hacer?

Mientras la herida no sane por completo, lo cual puede tardar hasta 8 semanas, se debe evitar a toda costa bañarse en piscinas. Las piscinas tienen muchos químicos que irritan la zona de la perforación y retrasa notablemente la sanación. De la misma manera, se debe evitar en lo posible que el sol incida directamente sobre la herida, pues los rayos ultravioleta no colaboran con la correcta cicatrización.

Prescindir de usar cremas y maquillaje en las zonas cercanas al emplazamiento de la perforación. Estos agentes también pueden alterar la cura, irritar y traer infecciones. ¡No se debe retirar el piercing!, pues hasta que la herida no esté curada, retirar la pieza solo producirá que la herida se vuelva a abrir. Siendo esta la principal causa de una mala cicatrización.