El arzobispo de Tucumán investigará a Zanchetta por supuesto abuso sexual
El proceso contra el ex obispo de Orán, Gustavo Zanchetta, estará en manos del Monseñor Carlos Alberto Sánchez. Advierten que ambos son muy amigos por lo que su designación no cayó bien en el clero.
Mediante un comunicado, se oficializó el inicio de la investigación eclesiástica por las denuncias de abuso sexual contra el exobispo de Orán Gustavo Zanchetta. Dentro del clero desconfían del designado para la investigación, advierten que "investigador e investigado son muy amigos", consignó El Tribuno.
Ayer por la mañana, el actual obispo de la localidad norteña, Luis Scozzina, difundió un escueto escrito en el que informó que "la Congregación para los Obispos ha encomendado a Mons. Carlos Alberto Sánchez, arzobispo de Tucumán, realizar el proceso de investigación de las denuncias dirigidas contra monseñor Zanchetta".
Sin embargo, la designación del arzobispo de Tucumán frente a la investigación no trajo calma dentro de la comunidad eclesiástica, al contrario. "Son muy amigos", señaló una autoridad eclesiástica.
Zanchetta ocupó cargos importantes a nivel nacional dentro de la Iglesia, fue secretario de la Conferencia Episcopal mientras Bergoglio era presidente, de allí, se señala, habría surgido su amistad con el Papa. También estuvo a cargo del área de capacitación para el clero y de la coordinación de los diferentes seminarios del país. "Por eso su cercanía con Sánchez, que era rector del seminario de Tucumán", explicó otra fuente reservada.
"Deseando recuperar el espíritu fraterno los encomiendo a la protección y cuidado de la Virgen del Carmen", concluyó su comunicado el obispo de Orán. Desde el clero se advirtió que aquella intención señalada de "recuperar el espíritu fraterno" es una clara muestra de la división que zanjó el caso Zanchetta en la comunidad eclesiástica de Orán, que se debate entre quienes aún defienden al exobispo y los que intentan despegar al Papa del escándalo.
Zanchetta se fue intempestivamente de Orán a mediados del 2017, sin siquiera despedirse de sus fieles, argumentando un problema de salud. A fines del año pasado El Tribuno develó que su sorpresiva salida se debió a que tres sacerdotes, dos vicarios generales y un vicario episcopal lo habían denunciado por desmanejos económicos, abuso de poder y abusos sexuales a seminaristas.
Luego de conocerse estas noticias, el Vaticano señaló que el exobispo había sido separado y que su designación en la Santa Sede había sido luego de conocerse las denuncias por abuso, contradiciendo las versiones de los protagonistas.