Sociedad17/05/2019

Terracota, una experiencia Sublime

Estamos llenos de prejuicios. Tantos que no bloquean la mente y el cuerpo y nos impiden percibir la realidad como es. En la gastronomía sucede que el concepto de tener vivencias en un hotel de categoría es una idea utópica. Déjenme contarles que no solo es terrenal, posible, recomendable. Se torna obligatoria.

Es imponente por su nombre. Es un clásico que nunca nos va a fallar. Desde el centro de la ciudad se observa a la altura del Monumento a Güemes, una S mayúscula como sus servicios. Piedras, maderas, hierros transforman de una gran casa hotelera, un hogar. Pareciera ser parte del cerro pero el cerro es parte de él.

Ni bien pisamos su vereda una escalera rodeada de vegetación nos invita a subir al paraíso. Con la opción de unos tragos en el bar, tal vez un café, una picada. Nos aguarda para la velada principal el restaurante. Modificado en su ambientación, con destellos femeninos, minimalistas, siempre con obras de arte en sus paredes. Solamente una  crítica a la pintura marrón de fondo, pero encantado con todo lo demás. Servicio preciso. Recepción cálida, cordial. Carta corta, productos regionales fusionados con platos internacionales clásicos. Carta de vinos destacada. Se respira calidad. El appetizer es sublime. Pan casero saborizado. Manteca tan cremosa como adictiva. Todas las entradas son dignas de elogios. Como principal me tientan las pastas por lo que recomiendo los ravioles. En el caso de los postres siempre recurro al mozo, para que honestamente me sugiera lo mejor. De todos modos, nada fallará.



El tiempo pasa pero nos gustaría que se detenga. Nos ofrecen un aperitivo, un té digestivo, un café. En este momento sentirá que es su casa. Con muchas intenciones de colocar los pies sobre la mesa. De exceder la confianza. El paisaje es único. Los turistas sonríen por la amistad y de tan buena atención, el mozo pasa a ser un familiar más, tanto que tutearlo es una solicitud del personal.

No me fui del sitio y ya quiero regresar. Sucede con esos lugares donde el alma pareciera anclarse pidiendo allí, habitar. Parte de nuestra ciudad, parte de nosotros, Restaurante Terracota, Hotel Sheraton Salta. 

Por Nicolás Cortés para InformateSalta