Reinventarse en cuarentena: abogada salteña impulsa formas prácticas de resolver conflictos
El aislamiento social y obligatorio motivó, en muchos casos, a pensar de manera diferente. La doctora Andrea Alsina busca generar una nueva conciencia para evitar la confrontación en cuestiones judiciales. Su historia.
En tiempos donde un virus revolucionó al mundo y obligó a las personas a quedarse en casa, apareció la oportunidad de repensar incluso algunas profesiones. Eso fue lo que hizo la abogada salteña, Andrea Alsina, quien encontró el momento perfecto para impulsar el concepto de “no confrontación”, una nueva conciencia del conflicto lejos de cuestiones judiciales.
En diálogo con InformateSalta, contó cómo se inició en este camino y cómo su formación como mediadora la ayudó a salir de la formación tradicional de un abogado, que, por lo general, busca ir al choque.
Andrea terminó sus estudios secundarios en el Colegio San Alfonso, se recibió en la Universidad Católica de Salta, y obtuvo su título el 1° de agosto de 2014, coincidentemente con el día en que se conmemora a ese santo. Para ella, ello hizo no más que ratificar el cariño que siente por lo que durante muchos años, fue su segundo hogar.
Actualmente, se desempeña como profesora de Derecho Constitucional en la Licenciatura En Seguridad a distancia y de Introducción al Derecho en la Licenciatura En Comercio Internacional del sistema presencial en esa Casa de Altos Estudios. “La gente joven me inspira”, dijo a este medio.
Desde el año pasado, ella venía pensando esta ‘reinvención’ cuando por un hecho en particular terminó de convencerse que el sistema judicial muchas veces se focaliza en trivialidades más que en solventar los conflictos de las personas.
“Los juegos de egos son muy fuertes y a veces se pierde de vista la finalidad del servicio para el que están. Por otro lado, un juicio es un proceso de confrontación que no contempla el proceso interno emocional de las partes, más bien son posturas o posiciones que distan de hacer conocer entre los protagonistas lo que verdaderamente sienten y quieren. El coronavirus no hizo más que ratificar lo que venía pensando, que hay que generar una nueva conciencia del conflicto, y a su vez otra forma de trabajar, de forma remota sin estar 24/7 en una oficina”, indicó.
A partir de ello, decidió comenzar a atender consultas, en estos momentos de manera virtual, a través de las cuales busca acompañar a las partes, asesorándolas de manera preventiva y reforzando las ideas de mediación y conciliación.
“Quiero hacerle saber a la gente que tiene la posibilidad de resolver sus conflictos, o por lo menos intentarlo y no delegar ese poder en un juez, en un proceso que la mayoría de las veces se dilata en el tiempo. Hacer reflexionar a otros a buscar otro tipo de opciones antes de llegar a un juicio”, expresó.
Entendiendo que a nadie le gusta tener que atravesar por un conflicto, la doctora intenta abrir al diálogo e intentar llegar a un acuerdo satisfactorio para las partes. “La gente se puede llegar a empoderar, en el sentido de tomar decisiones de manera consciente y hacerse responsable de su cuota de participación de un conflicto. Yo le llamo a esto “Logística para el diálogo”. La complejidad del lenguaje es inimaginable, y con la ayuda de alguien la decodificación se hace más simple acercándose las personas entre sí”, manifestó a InformateSalta.
Por otro lado, decidió crear el proyecto “Construyendo” (Building-up) a través del cual ofrece un servicio a las instituciones educativas de enseñanza media para formar a los estudiantes en la cultura de la paz y los modos alternativos de solución de conflictos, a través de videoconferencias o clases virtuales. También, brinda asesoramiento como facilitadora entre los diferentes estamentos de las instituciones, hacia adentro y hacia afuera.
“Es un servicio personalizado que podrían contratar las escuelas y formar a los adolescentes me conciliar y prevenir el conflicto, evitando llegar el día mañana a un juicio”, detalló.
En el día del Trabajador, ella pretende llegar a los salteños con un servicio de justicia más práctico que burocrático, buscando evitar discusiones, quizás ante innecesarias y cansadoras en el tiempo. “El ánimo de llegar a un acuerdo se genere entre las partes”, concluyó.