Sociedad26/05/2014

José Urtubey: "Hay que avanzar en un federalismo económico"

Dice José Urtubey, uno de los vicepresidentes de la Unión Industrial Argentina que confía en una generación nueva de dirigentes. Los que nacieron en democracia tienen otra manera de ver las cosas.

-A su modo de ver, ¿hubo avances en esta década? -Hay quienes denuestan este proceso, pero en los últimos 10 años la industria avanzó. No sólo duplicó su PBI industrial, sino que triplicó sus exportaciones y colaboró con la creación de fuentes de trabajo. Llegamos a un punto en el que, por una coyuntura sumamente desafiante, tenemos que replantear objetivos.

-¿Y cuáles son esos objetivos?
-Agregar valor a las materias primas o a los productos primarios es uno de los objetivos que hay que fortalecer y es la salida de un país. Es la salida para generar mano de obra genuina, calificada y en blanco.

-Mientras se plantean los desafíos, hay problemas del ahora.
-La inflación es un problema. Los niveles que mostró, especialmente a inicios del año, son preocupantes. Si bien es muy alta hay una línea declinante.

-Pero eso a costa de la actividad económica.
-Sí, es verdad. En este trimestre vimos una caída en la actividad económica de 1,7%. Y esperamos para el año una caída que estará entre 1,5 y un 2 por ciento.

-¿Es el peor año del kirchnerismo?
-Yo diría que es un año en el que hay que replantear algunas cosas para empezar de vuelta. No me refiero a un ajuste, sino a mejorar la competitividad. Estamos frente a un dilema que es cómo hacer para dominar la inflación sin que se caiga la actividad.

-¿Por dónde ve la salida?
-Por el lado de la inversión. El ratio de deuda del sector público como del privado es bajo y eso permitirá seguramente recibir inversión extranjera directa.

-Pero hay bajo nivel de inversión y no hay crédito accesible.
-Si mira la estructura productiva en materia agroindustrial hay un potencial claro y directo.

-Insisto, ahora no hay inversión.
-Pero con un esquema racional y prolijo de financiamiento se puede derivar inversión a infraestructura. Pero debe ser desde el Congreso donde se fije el destino preciso de esos fondos. Este camino va a traer acompañado un financiamiento a las empresas que no están endeudadas.

-¿Está de acuerdo con este emprolijamiento del frente externo?
-Me parece positivo que se haya arreglado con Repsol, que se avance con el Club de París. Y hasta me parece que hay que "desideologizar" el asunto del artículo IV del FMI [que establece que el organismo pueda auditar las cuentas nacionales] y a partir de eso ser un agente pasivo de créditos internacionales a bajo costo.

-Lo noto muy optimista.
-Sí, pero es necesario que se empiece a financiar al sector productivo. El crédito privado es el 17% del PBI. De ese porcentaje sólo 20% fue al sector productivo; el resto se destinó al consumo. Ésas son variables a ajustar.

-¿Cómo se sale de esa vieja historia de poner aranceles para proteger la industria sin generar un sector poco competitivo?
-La administración del comercio exterior es importante. En 2008 y ante la crisis, el mundo reaccionó de manera protectiva. Si nosotros no hubiéramos tenido esta administración del comercio, hubiésemos perdido muchas fuentes de trabajo.

-¿Está cómoda la industria con este tipo de cambio?
-El tipo de cambio es una variable más. Para mí es más importante que el nivel del dólar la devolución del IVA, el reintegro de las exportaciones, aceitar los mecanismos de administración del comercio, financiamiento sobre el sector productivo. La Argentina siempre trabajó con la hipótesis de mejorar la competitividad por medio del tipo de cambio y no debiera ser así.

-Es que es un cambio que da competitividad inmediatamente; para lograrlo por otra vía se necesitan tiempo y políticas claras...
-Sí, es inmediata, pero nosotros debemos trabajar en una competitividad sistémica.

-Le repito, la política argentina siempre se rige por lo inmediato y no por lo importante.
-Alguna vez hay que empezar. Aún en este momento me parecen más relevantes estos temas que la modificación del tipo de cambio.

-¿Por qué no se renueva la dirigencia empresaria?
-Se empieza a dar una renovación generacional que tiene una característica: está formada en democracia. Y esa dirigencia a la hora de articular políticas no tiene prejuicios como sí los tienen otras generaciones. Ése es un sello distintivo.

-¿Caerá el nivel de empleo?
-Sí, hubo una caída en el primer trimestre. Va a ser un año con muchísimos desafíos. Y tenemos uno más a largo plazo: hay que avanzar en el federalismo económico.

-¿Cómo es eso?
-Existe una asimetría muy grande. El PBI per cápita de algunas regiones es 7,8 veces más bajo que el de las zonas más ricas. El 75% de las industrias están ubicadas colindantes a los centros urbanos. Hay que ser más federal. Mire si es un tema relegado que en la Constitución de 1994 estaba previsto en el plazo de dos años reformar la ley de coparticipación. Son debates que no se escuchan y que sería bueno que existieran.

-En el interior tampoco es prioridad la ley de coparticipación...
-Es verdad. Pero hay temas como la conectividad que es prioritaria y que necesita respuestas. Mandar un contenedor de Salta a Rosario es más caro que mandarlo a Turquía.

-¿Qué opina del empresariado en general?
-Yo aspiro a que se recreé una verdadera burguesía nacional.

-¿Cómo sería eso?
-Por ejemplo, el ahorro de los argentinos está afuera. Eso nos quita fuerza en mayores niveles de institucionalidad y desarrollo. En el país, si todos tuviésemos todo en el país habría más desarrollo no sólo económico sino institucional.

-Yo le podría decir que los argentinos sacan el dinero motivados por los vaivenes económicos del país.
-Sí, pero la gente ahorra afuera culturalmente hace años. No es de ahora. Y si los intereses no están acá no es posible llegar a un grado mayor de desarrollo institucional.

-¿Dialogan con el Gobierno?
-Nunca cortamos el diálogo. Avanzamos y falta mucho. El diálogo es franco y compartimos las mismas preocupaciones. Sobre todo entendemos que el modelo industrial es el que hay que reforzar.

Por Diego Cabot | LA NACION
Twitter: @diegocabot 

Fuente: La Nación