Historia: El día en que un presidente vino a Salta a honrar a Belgrano

Se trata del José María Guido, quien visitó la provincia en 1963, cuando se celebró el sesquicentenario de la Batalla de Salta. Pese a la lluvia que acompañó aquella jornada, el presidente pudo presidir los actos que se vivieron con gran fervor. ¡Conocé los detalles!

Recorte del diario La Nación (Biblioteca del Congreso de la Nación).

La vida nos deparó que seamos nosotros quienes debamos honrar al general Manuel Belgrano en esta fecha en que se cumplen los 200 años de su paso a la inmortalidad. Con el mismo patriotismo que cada año se expresa al prócer, un aniversario especial que vivieron nuestros abuelos fue en 1963, cuando el presidente de la Nación José María Guido vino a Salta para homenajear al creador de la Bandera por el sesquicentenario de la “capitulación de Salta”. ¿Cómo fueron esos días?

Las celebraciones comenzaron con anticipación. Desde el Gobierno de la Provincia cursaron distintas invitaciones paras que autoridades de todo el país vinieran a Salta. Desde el Centro de Residentes salteños en Santa Fe venía su presidente para acompañar la efeméride, por auto venía invitado por el Instituto Belgraniano el historiador Manuel Lizondo Borda a dar una charla en el Cabildo, y el Museo Histórico Nacional enviaba la bandera realista que las tropas habían capturado en la victoria de 1813.

Sin embargo, hubo un problema que amenazó con “aguar” la fiesta. El día 18 las lluvias torrenciales inundaron barrios capitalinos, muchas familias perdieron su techo, el desborde del río Arenales inundó las casas de su ribera y hubo una víctima fatal electrocutada. Bomberos recibió 40 pedidos de auxilio y Vialidad debió trabajar en las rutas anegadas por toda la provincia.


El Correo imprimó sellos postales conmemorativos para la fecha.

En medio de ese panorama los salteños querían seguir con la conmemoración. En Tartagal se organizó un festival con música clásica y bailes españoles. En el club Gimnasia y Tiro se invitaba a un “Gran Baile Social” con animación y luces, con entrada gratis para sus socias. En el Cine Victoria se anunciaba una velada artística de Gala y en la noche del 19, la juventud salteña se iba a congregar en la iglesia de La Merced para hacer una marcha de antorchas hasta el Monumento 20 de Febrero. Ésta última actividad se vio un poco complicada por la lluvia, al igual que la inauguración de la plaza a Bernardo Frías, que se suspendió.

En medio del tiempo inestable en la tarde del 19 llegaron dos aviones, uno con las autoridades nacionales y otro con la bandera realista, escoltada por Guarniciones militares que iban a participar del acto central. En cuanto al presidente Guido, estaba previsto viajar a Jujuy ese día y al siguiente venir a Salta para los 150° años, pero la lluvia hizo que viniera primero a Salta y, desde aquí, viajara a la vecina provincia por tierra.


Titular del diario Clarín en su tapa.

El día 20

Lamentablemente las precipitaciones no se fueron, pero el cielo gris no quitó el color patriótico en la gente. La jornada comenzó a las 7:00 en la Guarnición Militar con el izamiento de las banderas y a las 9:00 en la Iglesia de La Merced hubo una misa donde se celebró a la Histórica Cruz de 1813. A esa misma hora por el Portezuelo, el presidente Guido entraba en auto en dirección a la Casa de Gobierno, frente a plaza 9 de Julio, para recibir las llaves de la ciudad y el diploma de huésped de honor por parte del interventor federal, Pedro Remix Solá.

La comitiva oficial fue hasta la plaza Belgrano donde se realizaron ofrendas florales al bronce que inmortaliza al prócer, con la compañía de delegaciones escolares de toda la provincia y la triste presencia de la lluvia. De allí Guido y los funcionarios fueron hasta el monumento 20 de Febrero, donde se llevó a cabo el gran desfile.


Foto publicada en el diario El Intransigente de 1963. 

Fue allí que el presidente Guido compartió un mensaje con los salteños y con el país, donde exaltó la figura de Belgrano, de quien dijo “lleva en su fisonomía espiritual y moral los rasgos propios del fundador de la nacionalidad, más que por su genialidad, habría que definirlo por sus virtudes”. Así puntualizó que “su personalidad representa un equilibrio perfecto entre los valores de la inteligencia y la sustancia del espíritu. Su vida es una expresión acabada de la armonía cósmica trasplantada a la criatura humana”.

Al terminar el acto en el Monumento 20 de Febrero, hubo otro en el Cabildo que el presidente encabezó desde el balcón, antes de partir a un almuerzo en la Agrupación Tradicionalista Gauchos de Güemes. Tras un breve descanso en el Hotel Salta, a las 18:00 partió el avión que lo llevó de regreso a la Capital Federal, terminando la jornada de gloria que se vivió.


Fuente: Diarios "El Tribuno" y "El Intransigente" (1963) de la Hemeroteca, cortesía del Complejo de Archivos y Biblioteca de la Provincia Victorino De La Plaza. Diario "La Nación" (1963), de la hemeroteca de la Biblioteca del Congreso de la Nación Argentina.