Gabriel, el payaso hospitalario que trabaja para Latam y no puede ejercer ninguna de sus actividades
Gabriel Piedracueva es parte de la empresa desde 2005. Hoy, sin poder asistir a su lugar de trabajo, nos cuenta sus altibajos laborales ante la incertidumbre de lo que ocurrirá con la aerolínea.
¿Qué pasará con Latam Argentina? Luego de que la aerolínea anunciara su cierre, el Gobierno rechazó este martes el Proceso Preventivo de Crisis (PPC) presentado por la compañía aerocomercial y señaló que en base al Decreto vigente 487/2020, se prohíben los despidos que la empresa pretende realizar.
En este contexto, Salta no se encuentra ajena al conflicto. Por ello, desde InformateSalta dialogamos con Gabriel Piedracueva, parte del personal de Latam en nuestra provincia.
Gabriel tiene 48 años, formó parte de Dinar hasta que la firma quebró, luego fue derivado a Federales, “la línea aérea que nunca voló”, indica Gabriel. Ya en 2005 desembarcó en Latam.
Cada mañana, Gabriel iniciaba la jornada poniéndose su uniforme y emprendiendo camino al Aeropuerto. Allí era una de las caras visibles en el box de Latam ya que se encargaba de hacer los check in de los pasajeros.
“Me resisto a sacarme el uniforme, lo tengo planchadito, hermoso, esperando volver”, inicia su relato Gabriel. En su caso, sus internas con Latam tienen larga data ya que durante muchos años, no consiguió que se le asigne tarea específica.
“Mi lucha con Latam es histórica”, dice Gabriel y añade: “Empecé a afiliar a todos los compañeros que estaban dispersos por el país y así me convertí en delegado regional hasta hace 4 años que me bajé por problemas personales y una vez más le rogué que me diera el puesto de trabajo y gracias al gremio APA me dieron mi tarea genuina”.
La llegada de la pandemia
“El 19 de marzo, fue el último día que LATAM voló”, recuerda Piedracueva. Desde ese momento, todo se fue en picada: al día siguiente tuvieron una conferencia en la que se les anunció que iban a sufrir una merma del 50% de su sueldo, a horas de que el presidente comunicaba la prohibición de incurrir en despidos y rebajas salariales.
“Tuvimos seis reuniones en el Ministerio de Trabajo: propusimos ideas para que esto siguiera adelante pero la idea de Latam no era negociar sino imponer como hizo en Peru, Ecuador, Brasil, Colombia, Paraguay”
En este punto, Gabriel aclara que Latam difundió que tuvieron intención de negociar y que los gremios se lo impidieron no quisieron ayudar, pero “eso es mentira”, indica. A su vez, celebró que el Gobierno rechazara el PPC que presentó la empresa.
El acompañamiento del gremio APA (Asociación del Personal Aeronáutico) fue determinante según explica Gabriel. Junto a su acompañamiento pudieron mantener seis encuentros con el Ministerio de Trabajo.
Así mismo cabe aclarar que durante los meses de abril y mayo cobraron el ATP lanzado por el Gobierno nacional, sin embargo la empresa renunció al beneficio en junio, en este mes, los empleados cobraron el 50% de su salario y el 25% del SAC.
“Yo me ponía mi uniforme y era Latam puro, cada día que fui a trabajar lo hice con mucho amor y ahora recibo un puñal en la espalda porque entiendo que jamás le importamos a Latam.”
Según explica Gabriel, muchos de sus compañeros decidieron abandonar la empresa. “En Salta éramos 29, de esos compañeros solo quedamos 10 porque los demás se fueron con el PRV (Plan de retiro voluntario). Hoy quedamos 10 y decidimos no irnos y esperar al final sea lo que sea”, sostiene.
Del aeropuerto al hospital
Gabriel además de formar parte de la flota de Latam en Salta, usaba su tiempo libre en acompañar a los niños del Hospital Público Materno Infantil. “Traté de equiparar la balanza con alegría porque soy payaso hospitalario, trataba de sacar la pena con eso pero al tiempo también se cerró esa puerta y no pude verlos más a los chicos”, cuenta. Ahora, Gabriel pasa sus días en su hogar, sin poder trabajar en ninguno de sus dos puestos.
Al pie del cañón
Para finalizar, Gabriel Piedracueva explica que continuará firme en su lucha. “Tengo convicciones e ideales, voy a seguir peleando hasta las últimas consecuencias y acompañando la lucha que nos espera. Con mi esposa lo hablamos mucho, nos pusimos de acuerdo y dijimos vamos a esperar hasta el final”, señala.
Para finalizar, Gabriel comparte una última reflexión: “Si bien vemos negro el panorama estamos convencidos de que luchar es el único camino. Me resisto a sacarme el uniforme, lo tengo planchadito hermoso, esperando volver”.