Con un mensaje totalmente online, el Milagro se renovará desde el hogar de los salteños

Desde 1987 que la procesión no se postergaba. Condicionada por la pandemia, la invitación es renovar el centenario pacto salteño con los Santos Patronos desde la seguridad de cada casa.

El día más importante del calendario salteño se vivirá de una forma que nadie pensó posible cuando esta pandemia iniciaba por marzo. Después de casi 330 años de una tradición ininterrumpida, la propagación del coronavirus en su más alarmante avance ha obligado al pueblo devoto del Señor y la Virgen del Milagro no salir en peregrinación por las calles de Salta.

Año tras año y luego de varios días de espera, de júbilo, de cánticos, de caminar, miles de salteños se congregaban alrededor de la Iglesia Matriz de nuestra provincia para ser partícipes de un acto centenario, algo que ni los nuevos pensamientos, las nuevas costumbres o la modernidad podrán arrebatar de estas tierras.

Sin embargo este año un virus obliga al pueblo más creyente a renovar su fe desde casa. Tal vez no podrán reunirse, no podrán caminar, ni siquiera asomarse a la vereda de sus casas, pero desde el cálido interior del hogar sigue viva la alianza que une a la gente con los Santos Patronos, entablada por nuestros mayores hasta el presente y que no perecerá.


Cuadro que representa la primera procesión del Milagro de 1692.

Esta es la primera vez en décadas que la procesión del Milagro no puede cumplirse un 15 de septiembre. ¿Cuándo fue la última vez que el caminar de las Sagradas Imágenes se vio interrumpido? Esta duda reflotó entre los salteños por los últimos días. Fue mediante las redes sociales que se buscó responder a esta interrogante y entre los memoriosos del grupo de Facebook “Nuestra Salta de Ayer” que se pudo llegar a la respuesta. En el año 1987 las causantes de la suspensión de la procesión fueron las condiciones meteorológicas.

Aquella jornada, todo el pueblo estaba listo para renovar su ancestral tradición pero el cielo no mostraba la misma disposición: En horas de la tarde el cielo gris desencadenó una lluvia torrencial que hizo postergar hasta el día 16 la salida de las imágenes de la Catedral.

Desde entonces la procesión se vino realizando cada año con el incremento de fieles, peregrinos, modificaciones en el trazado del paso de las imágenes dejando el centro y el paseo Güemes para llegar al parque 20 de Febrero. En esta ocasión la fe se deberá vivir en casa con la esperanza puesta en que, por primera vez, la promesa del encuentro entre los fieles y sus protectores será el año entrante, junto a una misma petición: salud.


La plaza 9 de Julio al finalizar la procesión, una imagen imposible de pensar esta ocasión.