Los detalles del operativo y lo que encontró la policía al entrar a la casa del ex juez
El viernes a las 15, se había pedido su detención. A las 20, el Tribunal Oral Federal ordenó su captura. Y a la medianoche, cuando una patrulla policial irrumpió en su casa, el ex camarista se mató de un tiro en su dormitorio.
Sorpresa y estupor causó el fatal desenlace que tuvo la causa penal seguida en contra del ex presidente del entonces Tribunal Oral Federal en lo Criminal de Salta, José Antonio Solá Torino. Mientras unos pocos no descartaban una fuga y otros esperaban ver su foto esposado, el ex juez sorprendió con un final que él mismo planeó y ejecutó.
Sola Torino, como todos sabían, tenía una cuenta pendiente con la justicia por un caso del pago de “coimas” a cambio de disponer un oficio para el levantamiento de pedido de captura de Miguel Farfán, un narcotraficante de peso en la región.
Por ese hecho, y el oficio del fiscal federal Ricardo Toranzos, quien dirigió la investigación del caso hasta su condena, el ex camarista perdió casi todo, excepto su libertad. Fue destituido y sentenciado a una pena de 6 años de prisión, aunque apeló y logró que la agonía se estirase lo más posible.
Pero todo tiene un límite, y ese final se hizo presente ayer para Solá Torino. El primer aviso se dio después de las 15, cuando la Secretaría del Tribunal Oral Federal 1 recibió un pedido de detención inmediata del ex camarista, planteo que tenía como fundamento una resolución de la Corte Suprema de Justicia de la Nación.
En un fallo dictado por el alto tribunal el jueves pasado, se desestimó un recurso de queja extraordinario que la defensa de Solá Torino tramitaba para evitar que la justicia lo lleve tras las rejas.
Resulta que el ex juez había logrado, también en base a apelaciones y otros planteos judiciales, llegar al juicio en libertad, por lo que esa condición debía mantenerse hasta que la condena, dictada el 4 de abril de 2016, quede firme.
Deliberación
A las 18 de ayer, el Ministerio Público Fiscal de la Nación informó oficialmente el pedido de detención contra Solá Torino, lo que llevó al Tribunal Oral Federal 1 a reunirse vía remota para definir si efectivamente detenían o no al ex colega.
De la deliberación participaron los jueces que lo condenaron: Marta Snopek, Federico Díaz y Gabriel Casas, quienes de manera unánime, ordenaron a las 20 que se lleve a efecto la detención del ex camarista, medida que fue confiada a la Policía de Seguridad Aeroportuaria.
En vista de que se trata de un funcionario del orden federal, la orden no se ejecutó de inmediato debido a que primero debía gestionarse el lugar de encierro, puesto que la ley establece que debía ser en una unidad carcelaria del Servicio Penitenciario Federal.
A la medianoche, cuando ya se obtuvo cupo desde el Complejo Penitenciario NOA III, en General Güemes, una patrulla de la PSA, que hasta eso ya había rastreado el domicilio del ex juez, se presentó en la vivienda de Solá Torino.
En la planta alta
Según pudo conocer InformateSalta, cuando los policías asignados llegaron a la casa de dos plantas, estaba a oscuras y daba la sensación de no estar habitada. No obstante, los uniformados golpearon la puerta con insistencia y nadie los atendió.
En seguida, se comunicaron con la Secretaría del Tribunal para pedir autorización y proceder con el uso de la fuerza pública. La orden fue dada y entonces los policías forzaron la puerta de acceso y una vez adentro, y pese al ruido realizado, no hubo señales de vida.
Todo seguía oscuro, por lo que un equipo táctico entró en acción. Cuando un grupo de policías comenzó a subir las escaleras a la planta alta, un fuerte estallido desencadenó todo: los uniformados corrieron hasta el dormitorio de arriba, donde dormía el ex juez, y lo encontraron muerto de un disparo.
Abajo, en tanto, dos hijas que dormían profundamente debido a la ingesta de calmantes, se despertaron y se dieron con el fatal desenlace dando paso a desgarradoras escena de dolor por la decisión tomada por el ex camarista, quien eligió la muerte antes que el encierro.
La noticia corrió como reguero de pólvora en la madrugada, los teléfonos de funcionarios de la justicia federal y del entorno del ex juez sonaron hasta altas horas de la noche en busca de la confirmación de la muerte del Solá Torino, pues nadie imaginaba que fuera el propio ex camarista el que decidiera tremendo final.