El lunes paran los prestadores privados de la salud
La Asociación de Clínicas y Sanatorios Privados de Salta (ACLISASA) adhiere a la decisión de la Federación Argentina de Prestadores de la Salud de llevar adelante una medida de fuerza con el fin de visibilizar la situación por la que atraviesa el sector.
Por ello, el próximo lunes 28 de diciembre, las instituciones prestadoras de salud privada que conformamos ACLISASA reprogramaremos los turnos de todas aquellas atenciones ambulatorias no urgentes entre las 10 y las 13 horas, con el objetivo dar a conocer a la población que, sin fondos suficientes para las prestaciones, la salud privada no es viable.
Las prestadoras privadas representamos un pilar central en el sistema de salud ya que atendemos a 7 de cada 10 argentinos –pacientes de prepagas, obras sociales y/o particulares- en todo el país. Pero también somos un sector muy importante en la economía nacional, ya que generamos empleo de calidad y registrado.
Somos prestadores directos de servicios, no fijamos el precio, ni los aranceles, ni las cuotas de los asociados a las prepagas, pero como último eslabón de la cadena de atención asumimos todos los costos necesarios para garantizar la prestación de servicios en tiempo y forma.
Durante el tiempo más crítico de la pandemia hicimos nuestro mayor esfuerzo para estar a la altura de las circunstancias, pero hoy nos encontramos en un escenario económico, financiero y sanitario crítico, imposible de afrontar.
A quiénes alcanza
El sector prestador de la salud privada está compuesto por clínicas, sanatorios, hospitales privados, laboratorios de análisis clínicos, empresas de emergencias médicas, empresas de internación domiciliaria, entidades de diagnóstico y atención ambulatoria, diálisis, clínicas de salud mental y establecimientos geriátricos. Representa un sector crítico en el plano sanitario ya que emplea a la mayoría de los y las profesionales y técnicos de la salud.
Más de 5500 empresas prestadoras de salud privada atraviesan una crisis fuertemente agravada por los efectos de la pandemia, por el abrupto aumento de costos, ingresos congelados y la decisión del Gobierno de finalizar el plan de ayuda a través del ATP y el decreto 300-2020 a partir del 31 de diciembre de este año.
El sector viene sufriendo una crisis estructural desde 2002, cuando se declaró la Emergencia Sanitaria por primera vez.
Los prestadores de salud deben afrontar altos costos en dólares de insumos médicos e infraestructura, además de una fuerte presión tributaria, por la que, por cada 10 pesos que ingresan, el sector paga 4 pesos de impuestos.