Policiales Por: InformateSalta21/10/2021

Drogas, descontrol y evasión de autoridades, el detrás de las fiestas “clande”

A lo largo de estos meses de pandemia una de las problemáticas que más costó combatir ha sido la pululación de las fiestas clandestinas a lo largo y ancho del territorio provincial, con el atrevimiento de sus concurrentes como organizadores de violar las normativas y el descontrol que reina dentro de las mismas.

Ahora este tema vuelve al eje de atención tras lo ocurrido en una fiesta clandestina en la zona de Campo Quijano, con la denuncia de un supuesto ataque de una patota rugbier a un joven y las versiones cruzadas por este hecho que dejó a entrever el peligro que se desata en estos encuentros.


Fiesta clandestina y venta de alcohol a menores, el contexto del ataque a un joven salteño

¿Qué pasa detrás de estas fiestas? Una organización para evadir el control de las autoridades, una coordinación para el traslado de los participantes, la abundancia de menores de edad que disfrutan irrumpir las normas y el consumo desenfrenado de alcohol o drogas.

El diario El Tribuno hizo una síntesis del entramado de estas “clandes” -como los jóvenes animosamente las denominan con un dejo de burla ante la ilegalidad de estos encuentros-, siendo el primero las zonas elegidas para estas fiestas.

La región rural entre Rosario de Lerma y Campo Quijano, la ruta provincial 23 a la altura de Las Blancas y San Martín, en Rosario de Lerma, la recta de Cánepa en Cerrillos y la ruta 33 entre El Carril y Chicoana, son las “zonas exclusivas” donde abundan las fiestas. 

Por otra parte, para llegar a algunos de estos sitios hay ‘servicio de transporte’: "Las trafic pasan con chicos en la noche por el río para llegar a la fiesta en una finca que tiene una casona bien adentro del campo. Las luces y el ruido de la música se perciben desde lejos", contó al matutino una vecina del paraje Cámara que conoce de estas reuniones clandestinas.


Furia de vecinos en B° Hernando de Lerma por un kiosko donde hay fiestas cada fin de semana

No obstante, quienes llegan tanto en vehículos particulares o trafic se las ingenian para evadir los controles que hay sobre la ruta 51. Los controles son exhaustivos por parte de la Policía en las rutas pero, a pesar de ello, tanto para ingresar o salir de estas fiestas es sumamente fácil, nadie los controla, como si se supiera que a determinados horarios no se les debe obstaculizar el paso.

A esto hay que sumar la abundante presencia de menores, alcohol y drogas en estos bailes, los cuales mantienen la tendencia de organizarse en los lugares más alejados posiblemente de los controles, parámetro que va en aumento en el Valle de Lerma.