Nacional23/02/2022

¿Otra Generación Zoe? Invirtió todos sus dólares, 2 camiones y un motorhome y perdió todo

“¿Cómo me va con Ganancias Deportivas? Rebién me va”, afirmaba, exultante, Roberto Tapia en agosto del año pasado. Este sanrafaelino, que entonces tenía 52 años, había invertido sus dólares, luego dos camiones y un motorhome y terminó convenciendo a sus hijos y a su padre para que también pusiesen dinero en la empresa que entonces arrasaba en su ciudad mendocina.

Seis meses después, Tapia perdió todo —calcula que 15 millones de pesos— y tuvo que reactivar su empresa de sonido. Adiós a sus sueños de vivir de rentas. “Las pérdidas han sido tremendas. Ganancias Deportivas ha cagado a todo el mundo”, se lamenta. Otro caso de estafa piramidal.

Su caso es el de muchísimos en San Rafael. La ciudad vivió una fiebre de especulación alrededor de esta empresa que cautivó a cientos con su promesa de dinero fácil. Ganancias Deportivas ofrecía entrar a su esquema con una inversión inicial de 200 euros y ofrecía un retorno del 20% mensual, también en euros. La ciudad tiene unos 200.000 habitantes y, según las cifras que maneja la Justicia, más de 40.000 invirtieron en Ganancias Deportivas.

Ganancias Deportivas decía que semejante retorno —imposible incluso en los negocios más riesgosos— se lograba gracias a apuestas deportivas en las ligas de fútbol de todo el mundo. Inscripta en Costa Rica con un capital social de alrededor de 100 euros, argumentaba que tenía contratados a expertos que lograron descifrar un método para ganarles a las casas de apuestas. La inversión era en bitcoins, donde ya se han dado muchos casos de estafas, al igual que los retornos, cuyo volumen crecía en la medida en que cada asociado hacía ingresar a nuevas personas al esquema.

Necesidad de nuevos inversores

Ese último punto, la necesidad de que la cantidad de inversores se expandiese de manera exponencial, sería la base de la estafa. Para la gran mayoría de los sanrafaelinos, incluso los que pusieron dinero, ahora está claro lo que el fiscal Javier Giaroli, que investigó la empresa, decía desde el principio: que Ganancias Deportivas era una estafa piramidal, un esquema defraudatorio que funciona mientras la base de inversores sigue creciendo, pero se derrumba de manera estrepitosa cuando se cortan los ingresos de nuevos socios y deja a la última línea de ingresantes estafados, sin posibilidad de recuperar su dinero. Eso es lo que ocurrió en San Rafael. /La Nación