Nacional18/09/2022

Danae Olguín tenía 6 años, entró al hospital por un raspón y salió muerta

Danae Olguín tenía 6 años y vivía en Coronel Moldes, Córdoba. En los primeros días del año comenzó a sentir dolor en la pierna. Tenía un raspón en el muslo producto de una caída mientras andaba en rollers. Sus padres, Hugo y Karen, decidieron llevarla al hospital el miércoles 5 de enero. Imaginaban un control de rutina, una consulta que derivaría en un diagnóstico leve, en una receta de antibióticos.

La nena ingresó en el Hospital Tomás Ponsone con unas líneas de fiebre. Le hicieron un hisopado para COVID-19 que le dio positivo y la derivaron al Hospital San Antonio de Padua de Río Cuarto. Como un análisis de sangre había revelado que Danae tenía niveles elevados de glóbulos blancos -que ya eran síntoma de la presencia de una infección bacteriana-, a su familia le dijeron que en el segundo centro de salud iba a recibir una atención más adecuada. Allí, sin embargo, empezó la pesadilla.

“Los médicos me dijeron que por el raspón se le había metido un virus intrahospilatario y que eso provocó la infección que dañó sus órganos”, cuenta Karen Baldobino a TN. En la madrugada del sábado 8 de enero, los padres de Danae recibieron la noticia de que su hija había muerto.

“El dolor inmenso que estamos pasando hace ocho meses fue por una cadena de negligencia. No me voy a cansar de decirlo: hubo un abandono total de persona y mala praxis. Mi nena entró con un raspón y me la devolvieron en una bolsa”, asegura la mamá, invadida por el dolor.


Danae tenía apenas 6 años. "Desde el principio debieron darle antibióticos", dice su mamá. (Foto: gentileza familia Olguín)


“Le inyectaban morfina y punto, nadie me llamó nunca”

Días más tarde, el Instituto de Medicina Forense del Poder Judicial determinó que Danae fue víctima de un shock séptico que terminó apagando su corazón. Los abogados de la familia acudieron a una Junta Médica que concluyó que un tratamiento con antibióticos hubiera evitado la absurda muerte.

“Desde el principio debieron darle antibióticos para cortarle la infección. En Río Cuarto solo le daban calmantes. Le inyectaban morfina y punto. A mí nadie me llamó para avisarme ‘mirá, mamá, le vamos a poner esto, le estamos haciendo aquello’. Nunca me llamaron por teléfono”, detalla Karen.

La irrupción de Ómicron durante el último verano provocó un aumento exponencial de casos. Como Karen y su hija habían sido diagnosticadas con coronavirus, no pudieron estar juntas en el Hospital de Río Cuarto. Danae pasó sus últimos días junto a Delia, su abuela materna.


Danae murió como consecuencia de un shock infeccioso. Su familia denuncia mala praxis. (Foto: gentileza familia Olguín)

“A mi mamá la maltrataban por reclamar atención para su nieta. Yo llamaba y no me daban respuesta: me decían que si había algo importante me lo iban a comunicar”, cuenta Karen.

La última vez que Karen habló con su hija fue el viernes 7: “Le dije que al día siguiente le iban a hacer un estudio (una tomografía) y tenía que estar fuerte. Me dijo que me amaba mucho y le respondí que la amaba mucho también”. Al caer la noche, Danae le pidió a su abuela Delia que se acostara junto a ella. Ambas se quedaron dormidas.

“Mi mamá se despertó porque sintió muy frío el cuerpo de Danae. Ahí se dio cuenta de que tenía los labios y los pies morados. Empezó a llamar a las enfermeras y a los médicos, y nadie iba a ver qué pasaba”, recuerda Karen.

Danae junto a su mamá, Karen. (Foto: gentileza familia Olguín)


Una muerte absurda, un dolor inmenso y un diagnóstico que encendió las dudas

Danae ingresó en terapia intensiva pasada la medianoche. Y cerca de las 2, su mamá recibió un llamado desde el hospital: “Una enfermera nos dijo que mi hija había hecho un paro cardíaco y su estado era crítico”. Minutos después, la nena murió.

“Ahí me dijeron que el COVID había sido la causa de muerte. Y no nos dejaron verla”. Además del duelo para el que nadie se prepara, Karen debía lidiar con lo abrupto y lo absurdo de la noticia. Y con un segundo diagnóstico -el coronavirus- que encendía todas sus dudas en medio de la angustia. “El acta de defunción lo conseguí dos semanas después. En cualquier hospital te lo dan en el momento”, dice.

El caso abrió un expediente judicial que investiga presunta mala praxis y la instrucción está en manos del fiscal Javier Di Santo. Ante la consulta de TN, Zacarías Ramírez Rigo, abogado de la familia, señaló que el informe del perito de parte “es muy crítico” del informe oficial y “tenemos un contexto donde debería haber imputaciones”. La demanda es hacia los profesionales que atendieron a Danae en Río Cuarto.


Danae el día que cumplió 6 años. (Foto: gentileza familia Olguín)

“El fiscal nos dijo que había que esperar el informe de la Junta Médica. Ya lo tiene en sus manos. No hay excusas para que todo siga en la nada. Ya pasaron ocho meses”, retoma Karen, que en los meses siguientes a la muerte de Danae se casó con Hugo y tuvo un tercer hijo, Oriel. ”Nació el 29 de mayo, le agarró bronquiolitis y me vi obligada a internarlo en el mismo lugar. Fue revivir todo lo que pasó con Danae”, relata.

Delia, la abuela de la nena, murió en abril: “Sufrió una neumonía, estuvo internada y le dio un paro cardíaco. Mi mamá estaba muy mal. No pudo más con la culpa de no haber podido hacer nada por la nieta. De no haber podido traerla conmigo otra vez”. /TN