Lautaro Teruel, fuera de la cárcel e internado en una clínica: ¿qué se sabe de su salud?
No cumplió ni un año en su celda. Luego que se conociera que Lautaro Teruel, condenado en octubre pasado por abusos contra una menor y una joven, permanece internado desde junio en una clínica privada, se conocieron más detalles sobre su estado clínico.
En Telefé Salta, el abogado defensor de Teruel, Juan Casabella Dávalos, negó que el problema sea por una “uña encarnada” como trascendió en un primer momento desde el Servicio Penitenciario, y aseguró que la situación es mucho más grave, ya que corre riesgo de amputación del primer dedo del pie izquierdo. “Él contrae un germen que le ingresa por un lastimado en el dedo del pie, y se le aloja en el hueso”, sostuvo.
Según el letrado, al principio se le administraron por vía oral unos antibióticos, pero la situación no hizo más que agravarse, por lo que fue necesaria realizar una primera operación. “El hueso ya estaba tomado por la infección y en esa primera oportunidad alguno de los médicos que lo vieron ya proponían la amputación del dedo porque la cosa había trascendido a tal punto, que ya corría riesgo que la infección general se avanzara al resto de la extremidad”, contó.
En ese sentido, sostuvo que la familia tomó cartas en el asunto, y dio instrucciones para iniciar un largo tratamiento “con una peripecia grave que es muy dolorosa”. “Hubo que tratarlo para calmar el dolor hasta con morfina”, indicó.
"Atado como un perro"
Por otro lado, denunció que el Servicio Penitenciario lo tenía sujeto a la cama con una cadena como si fuera un perro que se pudiera escapar, pese a la presencia de un guardia en el lugar. “Hubo serios inconvenientes hasta para que le abrieran el candado de la cadena para que fuera al baño”, dijo.
El abogado sostuvo que la sujeción corpórea está prohibida por nuestra constitución ya desde la asamblea general del año 1813. “Esta práctica la continúa el Servicio Penitenciario desobedeciendo la orden judicial, lo cual motivó una nueva denuncia de mi parte”, contó.
“Estuvo un mes encadenado a una cama”, concluyó Casabella.
La condena
El primero de los casos en el que Lautaro Teruel fue condenado por haber abusado sexualmente de una menor, ocurrió a partir de 2012 y 2013 cuando la víctima tenía entre 10 y 13 años.
Según señalaron, el imputado tenía 20 o 21 años cuando llevó por primera vez a la víctima, I.J.A., a un baño de la casa donde le dijo que jugara con el “juguetito”, se bajó de los pantalones, agarró la cabeza de la niña y la obligó a tener sexo oral. Para los acusadores ese modus operandi siguió en al menos tres oportunidades más cuando la niña tenía entre 10 y 13 años.
El segundo caso fue cuando en 2014, su amigo mantenía una relación sexual con una joven de 19 años y de forma imprevista entró Teruel y la penetró.