Su mujer murió y abusó sexualmente de sus dos hijas, fue condenado
Un maestro panadero del barrio San Jorge, en la localidad de Rosario de Lerma, pasará diez años en prisión tras ser hallado culpable de los graves abusos cometidos en perjuicio de sus dos hijas, de 7 y 10 años, quienes quedaron bajo su tutela tras el fallecimiento de su mujer.
La condena fue dispuesta por el juez Pablo Farah, de la Sala III del Tribunal de Juicio, quien también condenó a un tío del acusado, también de Rosario de Lerma, quien fue cómplice de los abusos, aunque en su caso la pena impartida fue de tres años y de ejecución condicional.
El caso salió a luz el 23 de agosto de 2021, cuando una tía de las menores denunció a su cuñado en la sub comisaría del barrio San Jorge, hasta donde llego indignada por el relato que le había dado la menor de las niñas, luego de que el acusado le pidiera que la revisara, puesto que se había caído de la bicicleta y probablemente se lastimó en sus partes íntimas.
Según lo denunciado, la mujer sostuvo que ese mismo día, su cuñado se presentó en su casa, alrededor de las 15, junto a sus tres hijos, el más pequeño es un varón, circunstancias en que le pidió que examinara a su hija menor y le afirmó que se había lastimado con el asiento de la bicicleta, pues había comenzado a sangrar.
Lejos de que la treta ideada para ocultar los abusos sexuales, la tía procedió a ver lo que le había pasado, aunque primero le preguntó a su sobrina cómo fue que se lastimó, oportunidad en que la menor descartó lo del accidente en la bicicleta y le dijo que “su papá le introducía los dedos en sus genitales, lo que repitió en varias ocasiones y por eso le dolía”.
Ante semejante relato, su tía fue más a fondo y le preguntó si lo relatado había sucedido en ese día, a lo que la niña le contó que “siempre pasa cuando están en la casa a solas con el papá”. En vista de ello, y por temor a las lesiones que la niña podría tener, es que la llevo directamente al hospital.
Desafortunadamente, en el nosocomio se negaron a atenderla, pues no contaba con el documento de la menor, circunstancias en que la mujer decidió ir hasta la dependencia policial, donde puso en conocimiento de lo sucedido con su sobrinita.
En el baño
Entre otros detalles, surgidos de la causa penal, se pudo saber que la tía pidió en su denuncia que su otra sobrina, de 10 años, también sea sometida a un examen médico, pues fue víctima de los mismos abusos sexuales que su hermanita menor.
Indicó que, al hablar con la misma, le relató que ella vio cómo su padre abusaba de su hermanita más pequeña en el baño de la casa donde residen, perteneciente a un tío de su padre, quien también fue denunciado por cometer los mismos hechos.
A los días de la denuncia, el 24 de agosto, la misma tía se presentó nuevamente en la subcomisaría y amplió la acusación, pues la menor de 7 años, en un momento dado, le comentó que “mi tío Daniel y mi papá me metieron los dedos y me hicieron salir sangre, mi tío me tocaba varias veces cuando mi papá no estaba".
En vista de ello, la policía, que ya había detenido al padre de la menor, regresó hasta la casa donde ocurrieron los abusos y detuvo al tío, un sujeto de 63 años, jubilado.
Lo que siguió luego fue una intensa investigación, la que dejó como saldo varios informes, entre los cuales se confirmó las lesiones sufridas por las menores como consecuencia de los abusos sexuales cometido por su propio padre y un tío.
Estas pruebas, sumadas al relato de las menores y el testimonio de la tía, llevó al juez a dictar la condena del progenitor, quien, junto a su tío, habían abusado de las menores, quienes quedaron a su cuidado luego de la muerte de su madre.