El 6 de marzo familiares de una adolescente de 15 años llegaron hasta la puerta del policonsultorio donde atendía el odontólogo Marcos Adrián Abrebanel, a quien acusaron de abuso sexual, hecho que habría ocurrido durante una consulta médica. 

La familia, presa de una crisis nerviosa denunció públicamente los hechos que ya estaban siendo investigados por la justicia. Luego comenzó el escrache, durante la marcha por el Día Internacional de la Mujer, la ciudad se vio empapelada con su rostro. 

De inmediato el odontólogo desapareció y permaneció prófugo hasta hoy, que acorralado por la justicia y la presión social no vio más escapatoria que entregarse y enfrentar al menos cuatro denuncias formales. 

Es que la conocerse el caso, otras víctimas tomaron valor y radicaron la denuncia, todas describieron el mismo modus operandi, en el consultorio y de la misma manera, eso fue confirmado por Luciano Romano, el abogado de la primera víctima en denunciar. 

Además surgieron otros testimonios en redes sociales, los cuales también fueron presentados ante la fiscalía como prueba. 

Un homónimo peligroso

Al conocerse el caso surgió un dato insólito, resulta que en la ciudad hay dos Marcos Abrebanel, ambos odontólogos y primos hermanos. Ante la noticia el que nada tiene que ver emitió un comunicado pidiendo que cesen los escraches en su nombre. 

Esto llegó incluso a medios nacionales por la curiosa coincidencia que lo afectó familiar y profesionalmente. 

Lo cierto es que ahora, ya imputado fue trasladado a la Alcaidía General, donde permanecerá detenido.