Sociedad26/04/2023

La ruta de ripio entre Salta y Santiago del Estero que se convirtió en la nueva zona caliente del narcotráfico

La Ruta 46, que se extiende por 40 kilómetros de tierra con ripio y parajes en la frontera entre Salta y Santiago del Estero, se ha convertido en un pasadizo ideal para evadir los controles. Los narcotraficantes que trafican cocaína desde Bolivia hacia los centros de distribución en diferentes puntos del país y con destino a Europa son los principales usuarios de esta ruta.

Según un experto investigador citado por Infobae, "la Ruta 46 comienza en el Paraje Macapillo, en la Ruta Nacional 16. Luego pasa por varios parajes, incluyendo Porvenir, Santa Rosa, El Vencido, Alto Alegre, Sauce Bajada, San Miguel y termina en Cruz Bajada, donde continúa como Ruta Provincial 2".

En enero del año pasado, se inauguró la Ruta 2, que conecta con Villa Nueva Esperanza en la Ruta 34, en Santiago del Estero. Debido a la falta de controles de la Gendarmería en ese tramo, los narcotraficantes han comenzado a utilizarla como una ruta alternativa para evadir los controles ubicados en la Ruta Nacional 34 en los parajes de Naranjo (Salta), Siete de Abril (Tucumán) y Trancas (Tucumán). El siguiente control se encuentra en Fernández (Santiago del Estero), pero los narcotraficantes pueden evitarlo pasando por caminos secundarios. "Ahí tienen vía libre, nadie los para. Llegan con facilidad a Rosario y Córdoba", dijo el investigador.

Dos pesos pesados que aprovecharon ese punto del mapa en la Argentina son René “Manudo” Guzmán y Raúl “Loro” Ferreyra.

Ambos narcos fueron detenidos en las últimas semanas por millonarios cargamentos de droga incautados por Gendarmería, en el caso del primero; y por la División Toxicología de Concepción del Uruguay de Entre Ríos, en el caso del segundo. “Loro” es considerado el segundo de Delfín Castedo y es conocido como “El Señor de Los Cielos” argentino.

Precisamente, fue “Manudo” -jefe del cartel del Valle de Acambuco- quien cayó en la nueva ruta caliente del narcotráfico, precisamente en la zona de Cruz Bajada, provincia de Santiago del Estero, luego de un enfrentamiento armado con gendarmes que lo interceptaron. El narco, que estaba prófugo desde 2018, terminó herido de bala en un hombro.

Fuentes del caso indicaron a Infobae que la organización -que ingresa cocaína desde Bolivia vía terrestre y aérea, con “mochileros”, vehículos y avionetas- se tomó el trabajo de señalar en un mapa las zonas de la ruta en las que cuentan con señal de teléfono.

Incluso, detectives detrás de sus pasos saben que los narcos, diciendo ser compradores de hacienda, pidieron claves de wifi a los pocos habitantes de los parajes (conformados por cuatro o cinco casas), que crían ganado y cultivan choclo, sandía y zapallo.

“Antes era un territorio de paz, ahora los vecinos viven aterrorizados”, graficó uno de los detectives sobre el clima que se vive en la zona.

Para el resto del camino, utilizan teléfonos satelitales y handys. Precisamente, esos aparatos fueron secuestrados a dos cómplices de “Manudo” que fueron detenidos por Gendarmería antes del enfrentamiento armado.

Al mismo tiempo, la banda de “Manudo” realizó inteligencia sobre las zonas de escape, en caso de ser descubiertos en medio de una operación. Estiman que el jefe de la banda se tiroteó para evitar que los uniformados intercepten un vehículo cargado con cocaína en el que escaparon dos de sus guardaespaldas.

Ahora, el jefe del cartel de Acambuco -una reserva protegida de Salta-, tras una breve estadía en un hospital donde lo asistieron tras una gran pérdida de sangre, permanece encerrado bajo un total hermetismo. Temen que pueda escapar, tal como amenazó a los guardias, o que sus secuaces logren rescatarlo.

Quienes lo custodian saben de sus dos fugas, una ocurrió en 2018 en Aguaray, frente a las narices de gendarmes. El narco apretó el acelerador del Ford Focus blanco en el que se movía y enfiló hacia Bolivia. El auto volcó en un canal, justo en la frontera. “Manudo” salió como pudo del vehículo y corrió herido hasta la vereda del país vecinos. En el camino se tiroteó con los gendarmes.

“En las escuchas siempre dijo que lo iban a agarrar muerto. Que no se iba a entregar ni se iba a dejar detener”, reveló un investigador.

Al mismo tiempo, “Manudo” fue requerido por la Justicia de Salta y la PROCUNAR por el secuestro de casi 300 kilos de cocaína, que le costó el pedido de captura que tenía en 2018 cuando volcó con su auto.

En tanto, “El Señor de Los Cielos”, que usó las inmediaciones de la 46 para sus bombardeos de cocaína, cambió la comodidad de su casa de Salta, donde cumplía prisión domiciliaria, por una celda en la Unidad Penal N°4 de Concepción del Uruguay, en Entre Ríos.