Monstruo abusó por años de su hija y su esposa, aún excluido las sometía y las mensajeaba burlándose
Un sujeto de 49 años fue condenado a 10 años de prisión por delitos de abuso sexual en contra de su pareja y de su hija biológica.
La jueza María Victoria Montoya, vocal de la Sala II del Tribunal de Juicio, encontró a S. R. R. autor penalmente responsable de los delitos de abuso sexual con acceso carnal agravado por el vínculo, la guarda y la convivencia; abuso sexual gravemente ultrajante por la duración y circunstancias de realización agravado por el vínculo, la guarda y la convivencia en perjuicio de su hija, en concurso real con abuso sexual con acceso carnal continuado en perjuicio de su pareja.
La jueza ordenó el inmediato traslado del condenado a la cárcel penitenciaria local. Dispuso que se le realice revisión médica y extracción de material genético para su inscripción en el banco de datos correspondiente.
La denuncia que lo condenó
El imputado fue denunciado por su pareja. La mujer refirió que convivió con S. R. R. durante 23 años y que tuvieron 5 hijos.
Dijo que durante ese tiempo el acusado la obligaba a mantener relaciones sexuales de manera violenta, lastimándola. Manifestó que aguantó las agresiones por sus hijos y porque lo amaba. En los últimos tres años la situación se agravó con maltrato físico, humillaciones y más violaciones. Ella decidió denunciarlo.
El imputado se fue de la casa cuando su hijo mayor lo echó, pero cuando la denunciante se quedaba sola volvía, entraba sin permiso, la sacaba y, bajo amenaza, la subía a un remís y la llevaba a un descampado donde volvía a ultrajarla, sometiéndola sexualmente. Le decía que podía matarla en cualquier momento, le mandaba mensajes y se burlaba de ella porque podía burlar la perimetral. Ella sentía mucho miedo.
La denunciante refirió que nunca advirtió que S. R. R. abusaba de una de sus hijas. Dijo que ahora entiende por qué la menor era rebelde y siempre estaba a la defensiva. La víctima (actualmente de 22 años) declaró en la audiencia que los abusos de su padre comenzaron cuando ella tenía nueve o diez años, iba a tercer grado. Empezó tocándola en sus partes íntimas y después la obligó a practicarle sexo oral.
El imputado le hacía esto cuando su mamá no estaba. Por lo general era su madre quien salía a trabajar y él se quedaba en la casa.
Los abusos continuaron hasta que ella cumplió 12 años. Una vez quiso penetrarla pero le dolió y ella gritó. Él le tapó la boca. La amenazaba diciéndole que si le contaba a alguien le iba a hacer lo mismo a sus hermanas.