“No importan los años que pasen, salgo y te mato” las amenazas de un abusador condenado
Días atrás dábamos a conocer el terrible caso de abuso sexual, físico y psíquicos de un hombre sobre su esposa y una de sus hijas. El sujeto fue condenado a 10 años de prisión pero esto no lo intimido para amenazar a la mujer.
Sobre este caso InformateSalta pudo conocer detalles que despertaron aún más la atención, tanto por la brutalidad de los abusos como por el temor generado por el acusado en sus víctimas, al punto tal que ambas fueron abusadas de manera, prácticamente, simultánea sin que ninguna se percatara, sino por el contrario se mostraban distantes una de otra.
En el debate surgió que el acusado, un sujeto que no trabajaba y era mantenido por la víctima, siempre se valió de la violencia para lograr sus cometidos, incluso para ocultar ciertas falencias sexuales, situación que quedó evidenciada, cuando la víctima relató que, en un principio de la relación, la intimidad era normal, aunque cada vez que ella mostraba excitación, él no podía concluir el acto sexual.
En su relato sostuvo que convivió 23 años con el acusado, a quien mantenía con su trabajo como empleada doméstica. Dijo que tuvieron cinco hijos, pero que luego supo que tuvo otros más, pues en una ocasión le llevó a un niño que ella lo crió hasta que fue adolescente.
Reconoció que su pareja era un mujeriego, pero que estaba enamorada y soportó ese comportamiento. Dijo que, de los 23 años, no todo fue malo, sino los últimos tres, cuando su pareja la sometía por las fuerzas, la lastimaba de manera brutal, pero luego le llevaba la comida a la cama, le pedía perdón y lo perdonaba.
"Me dejaba lastimada y ensangrentada"
Durante la Audiencia debate la esposa dijo “No aceptaba un no como respuesta”. La mujer sostuvo que sabía que lo que sufría era violencia de género, pero ella, en esos momentos, pensaba que, dado que era su pareja, tenía que “ser un objeto” para su marido, por lo que cedía, aunque cuando intentó resistirse, igualmente era abusada por la fuerza.
Reconoció que aguanto todo porque “lo amaba, eso me cegó”. Con el tiempo, se dio cuenta que era mejor quedarse quieta, sin embargo, siempre “me dejaba muy lastimada, ensangrentada”, situación por la que, a veces, estaba varios días en la cama.
En un principio, agregó, trató de ocultar de sus hijos todo, diciéndole que padecía de una úlcera, sin embargo, en los últimos años, ya dejó que sus chicos vieran, cuando la golpeaba y la arrastraba a la pieza, circunstancias que llevó a uno de los hijos mayores a enfrentar a su padre, pidiéndole que se fuera de la casa.
Eso, sin embargo, no sirvió de mucho, pues sabía la hora en que ella estaba sola y se aparecía, la abusaba y se marchaba. La denuncia tampoco sirvió de mucho, en un inicio, pues el acusado se burlaba de las medidas judiciales, tales como las de prohibición de acercamiento y custodia, pero igual se presentaba en la casa y la violaba. “Ves que puedo”, le decía riéndose.
Contó que en una ocasión sacó de su mochila una botella con combustible y otros elementos y le dijo: “hasta con un alfiler te puedo matar”. Desde ese momento, la mujer supo que debía hacer algo, por lo que insistió con las denuncias hasta que finalmente lo detuvieron.
Respecto a los abusos, reveló algo bastante particular, ya que, además de los hechos cometidos dentro de la vivienda, dio detalles de otros casos, en los cuales el acusado solía llevarla en remise hasta un viejo predio de Aguay y Energía de la zona oeste, cerca de la calle Usandivaras.
Explicó que caminaban por las vías hasta “el descampado de AGAS”, donde era obligada a mantener relaciones. Este aspecto, al parecer, tendría alguna relación con un hecho del paso del abusador, pues se pudo conocer que el mismo se crio en esa zona, conoció InformateSalta.
Sobre este punto, fuentes judiciales no descartan que la visita a ese determinado lugar tenga que ver con algún aspecto relacionado a la excitación, o bien, con un hecho del pasado del acusado, como el hecho de haber sido abusado en ese descampado.
“Ahora quiero vivir”
En otra conclusión llamativa, la víctima sostuvo que siempre pensó que sus hijos debían tener un padre, por lo que soportaba los maltratos, sin embargo, con el tiempo se dio cuenta de que era la que mantenía el hogar, pagaba las cuentas y sus hijos siempre recurrían a ella.
Dijo que la relación mantenida era un infierno por dentro, sin embargo, para todos los demás, eran la pareja “perfecta”, ni siquiera su madre se dio cuenta de lo que realmente sucedía. Tras la detención, su pareja se las ingenió y le dejó una certera amenaza: “No importa los años que pasen, salgo y te mato”.
Estas palabras, la víctima las repitió en el juicio y dejó en claro su pedido para que siga preso, pues después de todo lo sufrido, ahora “quiero vivir”. Y agregó que tiene un nieto que desea criar, además, de iniciar un tratamiento para recuperarse de los abusos sufridos.
Su pareja, en tanto, cumple una pena de 10 años de prisión dictada por la jueza María Victoria Montoya, de la Sala II del Tribunal de Juicio, quien encontró a S. R. R. autor penalmente responsable de los delitos de abuso sexual con acceso carnal agravado por el vínculo, la guarda y la convivencia; abuso sexual gravemente ultrajante por la duración y circunstancias de realización agravado por el vínculo, la guarda y la convivencia en perjuicio de su hija, en concurso real con abuso sexual con acceso carnal continuado en perjuicio de su pareja.