Tras la crisis post PASO, cuáles son las medidas que se vienen
La primera semana post PASO fue una de las más complicadas para la coalición de Gobierno, desde que asumió en el ministerio de Economía, Sergio Massa. Después de la derrota del oficialismo en las primarias del 13 de agosto, donde quedó segundo más votado en 16 de las 24 provincias, Massa encaró de lleno la situación. Actuando como una especie de primer ministro, tomó medidas urgentes para frenar el alza del dólar y la inflación. Así, sentó las bases de un plan de estabilización que, con respaldo del FMI, busca mantener una transición relativamente ordenada en los próximos 3 meses de campaña rumbo a las elecciones presidenciales del 22 de octubre.
En plena tormenta política y económica, que provocó aumentos de más del 20% en los precios en toda la economía hogareña, en sintonía con la devaluación anunciada el lunes y un límite de $800 para el dólar Blue, Massa puso en marcha un conjunto de acciones y acuerdos de precios con empresas. Gracias a esto, logró culminar la primera semana después de las PASO con un inicio de retroceso en los precios y una cierta recuperación de la "calma" en los mercados.
Ahora la expectativa de todos está en la aprobación de la revisión del acuerdo con el Board del FMI que se reunirá el miércoles en Washington.
Al volver, Massa tiene en mente anunciar acciones de alivio destinadas a atenuar los impactos de la inflación y la devaluación en los sueldos de los trabajadores y pensionados, junto a otras medidas de respaldo social. Sin embargo, ciertos sectores de la oposición critican estas medidas, tildándolas de un "plan platita" del oficialismo con el intento de revertir la situación de las PASO en octubre. Y si bien no sería suficiente para lograr la victoria electoral, al menos aspirarían a llegar al balotaje.
¿Cómo es el plan de estabilización acordado con el FMI hasta las elecciones de octubre?
Tras la primera tanda de medidas de emergencia anunciadas el mismo lunes 14A que incluyó la devaluación del 20%, la suba de tasas de interés al 118 % anual que evitó una corrida de depósitos de los bancos, la reducción de impuestos al dólar Qatar y el aumento del cepo al MEP, y a las importaciones que frenó la escalada de los dólares financieros, el gobierno ahora espera que el FMI desembolse entre 8.000 a 10.000 millones de dólares el próximo miércoles como parte del programa de estabilización para transcurrir la transición sin un estallido económico y social.
En ese marco, Massa ya avanzó en conversaciones con dirigentes gremiales de la CGT, la CTA y distintos gremios oficialistas como camioneros, bancarios y CTERA, que reclaman reapertura inmediata de las negociaciones paritarias, y se oponían a un aumento por suma fija por lo que representa para el achatamiento de la base salarial, y porque atenta contra las paritarias como herramienta de negociación entre gremios y empresas sin intervención del Estado.
Massa confirmó esta semana que ya trabajan junto a la ministra de Trabajo, Kelly Olmos, del ala albertista del Gobierno, y con dirigentes gremiales alineados a la vicepresidenta Cristina Kirchner, por lo que tendría también su apoyo, en la elaboración de un paquete de anuncios de aumentos con suma fija que alcanzaría a salarios, jubilaciones, Asignación Universal por Hijo (AUH) y asignaciones familiares.
Cabe destacar que Olmos ya mantuvo reuniones por separado con el titular de la CGT, Héctor Daer, con Hugo Moyano de camioneros, Andrés Rodríguez de los estatales de UPCN, Paco Manrique, Cachorro Godoy (ATE), entre otros.
Sin embargo, no está claro aún la herramienta que utilizará el gobierno para el alivio salarial, si será una suma fija por decreto nacional para todos los trabajadores registrados, o utilizará distintas herramientas por separado, a través de la ANSES como bonos, y aumentos proporcionales en las asignaciones familiares ya vigentes. Este último caso, tendría el ok de los gremios.
La mayor preocupación, no solo del gobierno, sino de los gremios en general, es la escalada de precios post PASO, que amenaza con volver a disparar la inflación de agosto por encima de dos dígitos, es decir, superar el temido 10 %.
Eso incluye continuar con las negociaciones con empresarios de distintos sectores, para concretar acuerdos de precios justos en diversos planos y que los aumentos de precios en general, en los próximos tres meses, se congelen en el 5 % mensual.
El programa Precios Justos según señalan en el Ministerio de Economía, después de una semana de extrema tensión en la que hubo hasta amenazas a frigoríficos de prohibir exportaciones por 15 días si no retrotraían los aumentos, "ya está avanzado en carnes, supermercados minoristas y mayoristas, el congelamiento del precios de las naftas hasta el 31 de octubre, y continúan en estos días con laboratorios y empresas de medicamentos, construcción y electrodomésticos, entre otros.
La bala de plata que usó Massa fue el lunes a primera hora, la creación de la unidad de control de precios, con el titular de la Aduana, Guillermo Michel, un técnico y político duro, muy cercano a Massa, que en algún momento incluso sonó como posible reemplazante en el ministerio de Economía.
El equipo de control de precios se completa con el viceministro Gabriel Rubinstein, el titular de la AFIP, Carlos Castagneto, y los secretarios de Comercio, Matías Tombolini y de Agricultura y Pesca, Juan José Bahilo.
El equipo estuvo abocado de lleno a las reuniones con empresas para evitar que la devaluación del 20% se traslade directamente a los precios de una economía al borde de la hiperinflación, sin precios relativos de referencia.
Los acuerdos incluyeron a empresas petroleras para congelar precios de naftas hasta el 31 de octubre, después de las elecciones, tras autorizar este viernes aumentos del 12 % en combustibles.
Todo a cambio de beneficios fiscales a las empresas, pérdida que absorberá el Estado nacional, al dejar de cobrar impuestos para compensar las pérdidas de las empresas por la devaluación y que el aumento de costos no sea trasladado al consumidor final.
También actuaron como parte de la estabilización, los operativos policiales contra las cuevas del microcentro porteño, que vendían el dólar blue, e hicieron desaparecer a los famosos "arbolitos".
Con todas esas presiones, el dólar Blue que había escalado a un techo de $800 terminó cerrando la semana a la baja, rondando los $720, un valor que todavía, según el Gobierno, seguía siendo considerado muy alto respecto de los dólares financieros y espera que tras el acuerdo con el FMI, siga en la senda descendiente, incluso la semana que viene.
En este contexto, un protagonista clave en toda la transición sigue siendo el FMI, que el mismo lunes dio el visto bueno a las medidas de emergencia del Gobierno. Sin embargo, al mismo tiempo, convocó a reuniones con los dos candidatos opositores que tienen chances de ganar las elecciones presidenciales de octubre. La finalidad es supervisar cuáles son sus planes económicos. Mientras tanto, el enfoque de la discusión política ha girado hacia la duda de si se debe dolarizar o no. El choque entre dos modelos contrapuestos, al que los tres candidatos apuntan, ya está en pleno desarrollo.