Beba robada en Tartagal: denunciaron a la Brigada por allanamiento irregular
Más dudas que certezas se presentan en el caso de Catez, la bebé robada en el hospital de Tartagal y encontrada en estado de hipotermia, hace 4 meses.
Agotándose los plazos procesales que la Justicia le da a la unidad Fiscal de Investigaciones (UFI) para determinar cómo sucedieron los hechos y los responsables del robo, de la beba wichi, se produjeron denuncias que involucran a la Brigada de Investigaciones.
Catez fue encontrada por un joven que pidió auxilio a su tía al ver a la pequeña tirada en estado de hipotermia, de ser héroes pasaron a vivir momentos de tensión y angustia, cuando un fiscal le dijo que “agradezca que no los imputaron por el robo de la bebé”, según comentó angustiada.
Además aseguró que la Brigada realizó allanamientos sustrayendo el teléfono de su esposo y el suyo “para peritarlos. "Ya me dijeron que difícil que me lo devuelvan” sentenció a El Tribuno.
Otra familia que reside en el barrio Roberto Romero acusó una situación similar, con allanamientos efectuados en su vivienda y secuestro de teléfonos argumentando que al momento de aparecer la bebé la antena detectó que se activó a esa hora su móvil, lo que la mujer del hogar manifiesta como erróneo ya que se encontraba durmiendo junto a su familia.
Una joven de 25 años perteneciente a la etnia wichi fue detenida durante un mes al ser acusada del robo, lo que provocó que su comunidad se manifestara e hiciera marchas logrando su detención domiciliaria.
El abogado penalista de la familia de Catez, Rambert Ríos, dijo que “en todos estos meses no se agregó un solo elemento más, ni una declaración testimonial, ni ninguna otra evidencia que determine que esta mujer que viven en situación de extrema vulnerabilidad y es madre de dos niños, haya sido la responsable o la única responsable del robo de Catez”.
La denuncia contra la Brigada de Investigaciones se formalizó a partir de un jefe de familia del barrio Los Ceibos quien relató el momento en que dos oficiales se presentaron en su hogar ante su mujer e hijo sin una orden de allanamiento. “Coaccionaron a mi esposa y a mi hijo menor de edad que les permitieran ingresar a mi domicilio, con el argumento de que estaban buscando una moto robada azul”, acusó,
Señaló también que se aprovecharon del desconocimiento de su esposa sobre sus derechos. “Horas más tarde llegaron otros dos oficiales de la misma brigada quienes no se identificaron, con un acta y obligaron a mi esposa a firmar. Comenzaron a interrogar a mi hijo y revisaron toda la vivienda”, de manera amenazante e intimidando procedieron y se llevaron teléfonos, computadora, pendrive y elementos personales, comentó.
Moya, el denunciante, dijo que el 14 de julio estuvo presente en el hospital Perón, acompañando a su hija para una atención, para confirmar sus declaraciones aportó una receta medica del profesional que los atendió al igual que el turno de ese día.
Identificó a los brigadistas que fueron a su hogar al igual que solicitó se devuelvan los elementos secuestrados de su vivienda.