Justicia19/04/2024

Doble crimen en Circunvalación: Ramos tenía escrito en una de sus piernas "mis jefes fueron...”

Tras escuchar a 150 testigos, en una intensa semana de audiencias, el juicio por los asesinatos de Pablo Tolaba y Romina Zerda llega a su fin con los alegatos, en el cual las defensas harán hincapié en el submundo de la droga sintética en Salta.

Mientras se espera que la fiscalía mantenga la acusación contra Kalil Ezequiel Chejolán, Julián Bautista Bubroski y Ricardo Alberto Galarza como responsables del homicidio agravado por el número de intervinientes y el uso de arma de fuego, como así también el delito de comercialización de estupefacientes con fines de comercialización, respecto a los dos primeros imputados.

Los primeros en tomar la palabra, serán los fiscales Leandro Flores, Ramiro Ramos Osorio y Santiago López Soto, tras lo cual lo harán las defensas. El abogado Agustín Solá Garrido por Bubroski, Daniel Arnedo y Claudia Larisa Alila por Chejolán y Federico Atengurt por Galarza.

La fiscalía, según fuentes judiciales, ratificará la hipótesis que tiene a los tres acusados como coautores del doble crimen, sobre la base de un plan previamente diagramado, con distribución de roles, siendo Ramos el que tuvo la materialidad del hecho, ocurrido el 10 de octubre de 2021, en la autopista Circunvalación Oeste, a la altura del acceso a la localidad de San Luis.

En ese lugar, la policía encontró la camioneta Fiat Strada que conducía Tolaba, de norte a sur y en la que viajaba como acompañante Zerda, su pareja. En el trayecto, se encontraron con Ramos, quien llegó al lugar en un auto conducido por Bubroski, mientras Cheloján y Galarza llegaron posteriormente.

El encuentro, según surge de la investigación penal, tuvo como objetivo la compra de pastillas, Ketamina o éxtasis, por parte de Ramos a Tolaba, quien era sindicado como el “dueño” del mercado local de la droga sintética, la que no se producía en esta ciudad, pero sí se la vendía, en especial, en fiestas electrónicas, como la que solían realizarse en “La Jungla”, en un hotel de la localidad de Rosario de Lerma.

Si bien Ramos fue el sicario de Tolaba y Zerda, para los fiscales su accionar no fue en soledad, pues al lugar del hecho llegaron los otros acusados, cuyas coartadas no fueron suficiente para ponerlos fuera del plan criminal, sino como una unidad de acción, la que giraba en torno a la venta de pastillas y también de marihuana.

La conveniencia de que Ramos, a los días del hecho, el 1 de noviembre de ese año, aparezca muerto en un camping de la localidad de Campo Santo, como resultado de un suicidio, tampoco es para la fiscalía una prueba que permita desvincular del caso a sus tres amigos.

En vista de ello, se espera que, al momento, de requerir las penas, los fiscales exijan la máxima para los tres acusados, tanto por el doble crimen como por la acusación de comercialización de drogas, hecho que, en definitiva, no se puede analizar por separado, pues hace al posible móvil homicida, dirigido a “saldar cuentas”, o bien, sacar a Tolaba del mercado para quedarse con ese negocio, el cual estaba en alza.

Y no era para menos, pues en cada fiesta se llegaban a vender más de 100 pastillas, como mínimo, con una ganancia estimada en 200 mil pesos, pues por cada píldora se llegaba a pagar desde 2 mil pesos. La prosperidad de dicho mercado le permitió a Tolaba llevar una vida sin problemas de dinero, con viajes y vehículos de alta gama.

Incluso había comenzado a invertir en un nuevo mercado, como era el préstamo de sumas de dinero, preferiblemente en dólares. Incluso se especula que el motivo de su asesinato estaría relacionado con un monto de 100 mil pesos que Ramos, al parecer, le debía.

Asesino solitario

Tal como se percibió a lo largo del debate, supo InformateSalta que las defensas mantendrán la teoría de que Ramos actuó en solitario, sin que Cheloján, Bubroski y Galarza hayan estado al tanto de lo que iba a hacer la noche de los homicidios, para lo cual ahondarán sobre el submundo de la venta de droga sintética, con detalles de cómo se movía el negocio que, en 2021, estaba en ascenso después de un año en pandemia.

En ese marco, las defensas el cargarán la culpa al único que no puede defenderse, como es el caso de Ramos, aunque tratarán de resaltar que su intención no fue la de matar a Tolaba y Zerda, sino simplemente darle un susto para que cese con los reclamos por la deuda.

En esa hipótesis, harán hincapié en la “celosía” del arma de fuego, la que, según intentarán probar, se accionó accidentalmente cuando Ramos apoyó el cañón del arma en la cabeza de Zerda y que, tras el disparo, no le quedó otra que matar también a Tolaba.

El hecho de que luego los tres acusados se fueron a la fiesta en “La Jungla”, algo que la fiscalía usará para fundar la alevosía, las defensas lo utilizarán para darle otra lectura dirigida a sostener que sus clientes, con excepción de Ramos, se fueron de fiesta porque desconocían de los asesinatos.

Asimismo, y para sacar un poco de escena a Ramos, no se descarta que aborden la actuación de “Pico” Marcilese como el otro competidor que buscaba adueñarse del mercado de la venta de droga sintética, para lo cual podrían resaltar los dichos de uno de los 9 testigos de identidad reservada, quien afirmó haber escuchado un audio en el que Marcilese quería convertirse en el “Rey” de ese negocio.

Incluso, InformateSalta pudo conocer que  según surge de los peritos, el nombre de Marcilese aparece grabado en el cuerpo de Ramos una leyenda que decía: “Trabajé solo – Mis jefes fueron Rafael Semilla – Pico Marcilese”, palabras que aparecen en la pierna izquierda lado externo altura de la pantorrilla de Ramos.

A partir de estos argumentos, las defensas irán por la absolución lisa y llana de sus defendidos, quienes podrían mencionar algo más en ese sentido, en sus últimas palabras, antes de la deliberación del fallo, el que recién podría conocerse el lunes próximo.