Doble crimen de Circunvalación: el plan de los imputados para evadir responsabilidades

Justicia 08/04/2024
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Con gran expectativa encima, la Sala V del Tribunal de Juicio, bajo la dirección del juez Marcelo Rubio, abre el debate que tiene a como acusados a Kalil Ezequiel Chejolán, Julián Bautista Bubroski y Ricardo Alberto Galarza, por el homicidio agravado por el concurso premeditado de dos o más personas, por el uso de arma de fuego en perjuicio de Jonatan Pablo Tolaba y Romina Isabel Zerda. 

Según el expediente, el primero en hablar fue Cheloján, quien se entregó al otro día de que Ramos, el supuesto sicario, que apareció muerto en un camping de Campo Santo, donde se habría suicidado. Esta muerte facilitó la coartada del resto, pues todos le cargaron al difunto la responsabilidad absoluta del doble homicidio.

En sus distintas declaraciones, Cheloján reveló que esa noche habían adquirido entradas para asistir a “La Jungla”, una fiesta electrónica que se hacía en un hotel de Rosario de Lerma, donde, según aseguró, se consumían las pastillas que Tolaba comercializaba a través de una red de revendedores.

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Para darle sentido a su relato, sostuvo que había acordado con Bubroski y Cheloján encontrarse en la autopista para ir a dicha fiesta, pero como no encontraba remise para que lo traslade de su casa, en el barrio Intersindical, lo llamó a Galarza, quien lo llevó hasta el lugar.

Tras un desencuentro, finalmente se encontró con sus amigos. Cuando llegó vio a Ramos parado y a unos metros la camioneta de Tolaba. Dijo que lo vio con la ropa manchada con sangre y con el arma de fuego, fue entonces que le dijo a Galarza que se fueran: “este está loco, vámonos”, dijo.

Antes de ello, Ramos le dejó una mochila y luego se fueron rumbo a la zona oeste, pero que, a la altura de las calles Olavarría y Coronel Vitd, el sicario los llamó les ordenó que se deshicieran de dos teléfonos celulares que había en la mochila, lo que así hicieron.

Dijo que Galarza lo dejó en la calle España y Alvear, pero que luego Bubroski y Ramos lo pasan a buscar y los tres se fueron a la fiesta en Rosario de Lerma, con otras dos amigas que levantaron en la zona sur. No hubo remordimiento ni temor, pues disfrutaron de la fiesta y luego hicieron el “after” en la casa de una de las chicas.

Hasta aquí, Cheloján afirmó desconocer que las dos víctimas habían sido asesinadas por Ramos, pues estaba creído que lo sucedido con la camioneta de Tolaba había sido un accidente. Tampoco se le ocurrió preguntarle a su amigo, cuando al volver de Rosario de Lerma, vieron a la policía alrededor del rodado de las víctimas. 

Como teoría del hecho, su abogado, Daniel Arnedo, intentará demostrar que su cliente nunca supo que Tolaba y Zerda serían asesinados y que, si hubo un plan, el mismo solo contemplaba el robo de la droga sintética de las víctimas, algo en lo que, prácticamente, confluyen los tres acusados.

Para darle sustento a esta hipótesis, la defensa alude que fue Cheloján quien, a través de un contacto telefónico, le advirtió a Tolaba que no fuera esa noche a verse con Ramos, ya que se trata de una emboscada para robarle. Incluso reconoció que, a los días del hecho, mantuvo nexos con un policía de la Brigada, con quien coordinó un procedimiento para detenerlo a Ramos en barrio Solidaridad, lo que no resultó porque la policía llego tarde.

No fue hasta el 2 de noviembre, al día siguiente de que Ramos fue hallado muerto, que Cheloján habló con la policía y se entregó, pero en ningún momento reconoció responsabilidad por los crímenes. En cambio, sí dio precisiones sobre el manejo de la víctima con la venta de la droga sintética y cómo se formó el grupo que, con excepción de Ramos, ahora enfrentar el riesgo de terminar gran parte de sus vidas tras las rejas.

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