Justicia 27/05/2024

Padre abusador: La llevaba a trabajar a una finca y abusaba de ella

El caso se conoció en detalle en una audiencia celebrada por la jueza Mónica Mukdsi, de la sala IV del Tribunal de Juicio, instancia en la que el acusado, un peón rural de 37 años, reconoció su responsabilidad penal en el abuso de su propia hija, razón por la cual fue condenado a cumplir una pena de 8 años y 1 mes de cárcel.

El hecho, según lo ventilado en el juicio abreviado, ocurrió una finca de Rosario de Lerma, donde trabajaba el acusado, quien residía en barrio La Ciénaga, de esa ciudad y cumplía una pena de un mes de prisión condicional por el delito de desobediencia judicial, en el marco de una causa por violencia intrafamiliar.

En su acusación, la fiscalía sostuvo que los abusos sexuales cometidos datan del año 2022. Indicó que la conducta delictiva se inició con tocamientos corporales de contenido esencialmente sexual, los que cometía en contra de la voluntad de su hija, en ese entonces de 9 años.

La menor, según lo reconstruido y como sucede en las zonas rurales, era enviada al lugar del trabajo de su padre, para que lo ayude en las tareas que realizaba, en este caso, en una finca de la zona, donde había corrales y animales equinos, entre otros.

En esas visitas, según conoció InformateSalta, el padre aprovechaba distintos momentos, siempre a solas, para abusar de la menor, manoseando sus partes íntimas e incluso solía besarla en la boca, conducta que incrementó hasta que finalmente la sometió sexualmente.

De acuerdo a las pruebas reunidas, a fines de Julio de 2022, en circunstancias que la menor se encontraba en el sector de las monturas del patrón del imputado, el acusado, que estaba bajo los efectos del alcohol, le bajó el pantalón a la niña y la accedió vaginalmente.

Al mes siguiente, en horas de la noche y nuevamente en la finca del patrón, el padre obligó a su hija a que se recueste en el piso, tras lo cual se le tiró encima para violarla, pero esta vez la menor ofreció mayor resistencia y también comenzó a gritar en busca de auxilio, pese a su esfuerzo nadie apareció, su padre entonces le tapó la boca y luego la desvistió por la fuerza y nuevamente la accedió carnalmente, situación que salió a luz a partir del relato que la menor brindó y que permitió el accionar de la justicia.

Al momento de evaluar la conducta penal del acusado, se resaltó el hecho de que los abusos fueron cometidos en perjuicio de su propia hija, con el agravante de que la misma es menor de edad, hecho que llevó a la fiscalía a agravar la acusación penal del progenitor.

A ello, se agregó también la situación de que el acusado cometió los abusos cuando cumplía una condena por desobediencia judicial, instancia en la cual se le impone, entre otros requisitos, que se abstenga del consumo de bebidas alcohólicas y no incurra en nuevos delitos.

Para la jueza, el imputado “atentó contra la integridad sexual de su hija menor de edad al desplegar, en diversas oportunidades, actos corporales de contenidco esencialmente sexual en contra de su voluntad y sin que pueda consentir tal accionar debido a su edad, hechos que comenzaron cuando la niña tenía 9 años de edad y, que en un principio consistían en tocamientos en la vagina y besos en la boca, llegando a accederla vaginalmente”.

Además, remarcó que la víctima “resulta ser una persona menor de edad, y convivía con el denunciado, habiendo éste sacado provecho de esta situación de proximidad y/o de confianza que existía con la víctima y por el hecho de que es el padre de la niña víctima”.

A su turno, el acusado reconoció su responsabilidad penal en los hechos por los que fue llevado a juicio, al igual su defensa prestó conformidad con el acuerdo arribado con la fiscalía, como así también la asesora de menores e encapaces que tuvo intervención en el caso.