La changa que lo expuso y el llamado para llevarse la recompensa de $ 5 millones: así cayó el peluquero asesino
Al colorista Luis Abel Guzmán (43) lo buscaron durante 70 días por el crimen de su compañero de trabajo Germán Medina (33) en una peluquería de Recoleta, el 20 de marzo pasado. Este miércoles, su suerte se terminó. Una vecina lo reconoció trabajando en una casa de Paso del Rey, en Moreno, donde además dormía y a la mañana avisó al Ministerio de Seguridad. A la tarde, fue detenido por la Policía de la Ciudad. Por datos sobre Guzmán ofrecían una recompensa de $ 5.000.000.
El crimen de Medina quedó grabado por las cámaras de seguridad de la peluquería de Facundo Verdini (41), en Beruti al 3000, que también registraron cómo escapó y permaneció prófugo más de dos meses.
El colorista fue detenido luego de un llamado anónimo este mismo miércoles a la mañana al programa de recompensas del Ministerio de Seguridad de la Nación. A partir de ese dato, la División Captura de Prófugos de la Policía de la Ciudad hizo tareas de inteligencia en el lugar y confirmaron que era Guzmán.
El colorista cayó en una casa donde dormía y a la vez hacía changas para una jubilada, ubicada en Miserere al 4900, en Paso del Rey, según dijo a Clarín una fuente de la investigación. Según trascendió, se ofrecía en el barrio para cortar el césped.
Por datos sobre el asesino de Medina había un ofrecimiento de recompensa de $ 5.000.000.
Otra versión indica que Guzmán, quien es de Merlo, lo había llevado a esa vivienda un amigo perteneciente a una barrabrava de un club de la zona. Por ese movimiento, una vecina lo habría reconocido.
La búsqueda estuvo dirigida por el juzgado criminal y correccional N° 48 del juez Javier Sánchez Sarmiento y la Secretaría de Captura de Prófugos a cargo del fiscal José María Campagnoli.
Una vez detenido, a Guzmán lo alojaron en una comisaría de la Bonaerense y desde allí lo trasladaron a la Jefatura de la Policía de la Ciudad, ubicada en Hornos 238, donde el jefe de Gobierno Jorge Macri, el ministro de Seguridad porteño Waldo Wolff y el secretario de Seguridad Diego Kravetz brindaron una conferencia de prensa.
"Cuando se cometen delitos en CABA hay consecuencias y quiero no sólo felicitar al Ministerio y a la Policía por la detención de Abel Guzmán sino repasar con ustedes algunos hechos más relevantes del último tiempo: el caso de Mercedes Ninci, cuyos responsables fueron detenidos o el robo al Pato Fillol, otro delito esclarecido y resuelto por la Policía de la Ciudad y la Justicia o en la pizzería de Boedo o el ’Oso Camelino’, el número 2 de ’Dumbo’ que estaba prófugo hace largo tiempo o casos muy emblemáticos como “Los pesados de La Carbonilla’, un grupo vinculado al narcotráfico", dijo Macri.
"Aunque tardemos, aunque sea complejo y aunque tengamos que ir a buscarlos a otras jurisdicciones los detenemos", subrayó el jefe de Gobierno.
Por su parte, Wolff dijo sobre la detención de Guzmán: "Estábamos trabajando en una pista en Merlo que está al lado de Moreno porque había familia del detenido, estaba saturada la zona, eso hizo también que ocurriesen cosas, algunas de ellas son parte del secreto de sumario".
Y agregó: "Nuestra policía estaba presente en el lugar y un llamado permitió una denuncia y estando ahí muy cerca esto hizo que la persona no pudiera profugarse".
Más de dos meses prófugo
Guzmán estaba prófugo desde el 20 de marzo, tras escapar de la peluquería de Recoleta, del estilista Facundo Verdini luego de asesinar de un balazo en la cabeza a Medina, quien tenía 33 años.
Según el video del caso, a las 20.07, luego de terminar la jornada laboral, Verdini, Medina y otros dos empleados estaban sentados en ronda y tomando cerveza, mientras que Guzmán se encontraba parado.
Sucedió en un local de Beruti al 3000.
Todos parecían relajados. Sin embargo, un minuto Guzmán, con más de una década de antigüedad en la empresa, sacó una pistola que escondía en su cintura y señaló a la que posteriormente sería su víctima, con quien compartía espacio laboral hacía alrededor de un año.
Luego, apuntó a su víctima, le dirigió unas palabras y la ejecutó de un disparo en la cabeza. Luego, se fue hacia otro sector del negocio.
Macri, Wolff y Kravetz destacaron el trabajo de la Policía. Foto Martín BonettoMacri, Wolff y Kravetz destacaron el trabajo de la Policía. Foto Martín Bonetto
Guzmán escapó por la ventana y, según se corroboró con las cámaras de la zona, escapó con su vehículo que había dejado estacionado a la vuelta de la peluquería.
A partir de allí, tomó intervención el juez Javier Sánchez Sarmiento, del Juzgado Nacional en lo Criminal y Correccional Nro. 48, y la División Homicidios de la Policía de la Ciudad. A Guzmán lo buscaron primero en Merlo, donde tenía domicilio y familiares. También en Balvanera y hasta en Santiago del Estero, donde nació y sospechaban que podía haber escapado. Incluso se especuló con que pudo haber cruzado la frontera hacia Paraguay.
A medida que pasaron los días y Guzmán no aparecía, el Ministerio de Seguridad de la Nación ofreció la recompensa de $ 5.000.000 para quien pudiera dar datos verdaderos sobre el paradero del colorista prófugo.
Las tareas continuaron hasta que una alerta les llegó a las autoridades. El dato ubicaba a Guzmán en Moreno, después de haberse mudado a la casa de un amigo en la zona Oeste.
Fue así que se llegó a la casa de Moreno, donde la Policía -después de dos meses- logró detenerlo.
Guzmán fue trasladado a una dependencia de la Policía bonaerense de Villa Tesei, donde se recibirán las indicaciones del magistrado para continuar con su proceso.
"Lo trajo al barrio el hijo de la dueña de la casa", el testimonio de los vecinos de Moreno
"Estaba ahí adentro y salió de la casa. Estaba adentro y fue una vecina la que lo reconoció. Ahí vive una señora grande", dijo un hombre que vive en la misma cuadra donde se escondía Guzmán.
Según agregó el vecino, el colorista estaba "con pelo largo y barba", de un aspecto muy distinto a cómo se lo vio en los videos durante la noche del crimen.
Guzmán pasará la noche en Hornos al 200 y será indagado mañana. Foto Martín Bonetto Guzmán pasará la noche en Hornos al 200 y será indagado mañana. Foto Martín Bonetto
En tanto, una mujer mayor aportó que Guzmán "llegaba de noche" y que lo había llevado a la casa el hijo de la dueña del inmueble.
"El hijo de la dueña de la casa es un sinvergüenza y él lo trajo acá", dijo la vecina.
Guzmán "no venía bien" desde hace un tiempo, precisaron los testigos, que remarcaron que había permanecido mucho más silencioso que de costumbre.
En un video de diciembre del año pasado, publicado en redes sociales, se lo veía haciendo catarsis con una clienta. "Vivimos sufriendo, renegando. Nos traumamos juntos. Somos los traumados", decía, con un dejo de ironía. "Mirame la cara, siempre feliz", le decía a la cámara.
Guzmán hacía tratamientos de keratina desde hace más de siete años en el local de Verdini. "Era medio raro. No te ibas a imaginar que podía matar a los compañeros, pero sí noté que era muy observador de todo lo que pasaba en el local. A veces se tildaba mirando las situaciones que pasaban a su alrededor", comentó a Clarín una clienta que se atendía habitualmente con el tirador.
En sus redes sociales Guzmán compartía posteos sobre los trabajos que hacía. "Abelizate", era el gancho que repetía cada vez que le hacía un service en el pelo a sus clientes en su "sillón especial", una especie de trono que estaba en el fondo del local.
El mismo día del crimen, Guzmán se rapó el pelo completamente, un estilo que nunca antes había adoptado y un dato que es clave para la investigación. Es que para la familia de la víctima, entienden que tenía planeado cometer el crimen y luego desaparecer. Por eso el repentino cambio de look. /Clarín