Apuestas online: “El apostador no siente que está perdiendo dinero, sino que está jugando”
La problemática de las apuestas online genera mayor polémica, sobre todo cuando no se utiliza por personas con edad apropiada o el uso de las mismas se sale de control.
La encuesta realizada por el director de la Agencia de la Juventud, Tane Da Souza, arrojó una cifra preocupante, ya que, de 10 apostadores, 6 consideran que perdieron poco o nada, configurándose una mayoría del 61% con esta conclusión.
Si bien uno plantea que perder poco no es un problema, la cuestión radica en un planteo que hace el médico psiquiatra especialista en consumos problemáticos, Federico Pavlovsky, el cual apunta que la forma virtual de jugar en los sitios contribuye a la pérdida del dolor de pagar.
Esto significa que el apostador no siente que este perdiendo dinero, sino que se trata solamente de un juego, ya que al pagar físicamente uno materializa esa pérdida activando en el cerebro las mismas zonas que registran el dolor físico, explicaba el médico psiquiatra.
Otro análisis que se pone en juego es la capacidad adquisitiva y el origen del dinero que se apuesta.
Las personas que tienen mayor edad apuestan en función de la actividad económica que realizan utilizando sus propios recursos, algo que difiere a los menores que apuestan el dinero provisto por sus padres para gastos cotidianos.
El informe arroja que el porcentaje de dinero apostado en relación con lo brindado por los tutores aumenta al crecer la edad y el máximo nivel educativo, observándose diferencias significativas respecto a la condición de cursada, la condición de actividad, la de empleo y la pertenencia al estrato medio y pleno.
Uno de los factores que destacó, es que las personas que poseen un ingreso medio-bajo tienden a apostar más, lo cual sugiere que lo hacen para poder compensar por estas vías los bajos ingresos percibidos en su trabajo.
Lo cual se ve reflejado en que la actividad de este segmento supera el promedio, mientras que la tasa de desocupación es la mitad del promedio.